El Camino de Santiago es una ruta que recorren los peregrinos procedentes de España y de toda Europa para llegar a la ciudad de Santiago de Compostela, donde se veneran las reliquias del apóstol Santiago el Mayor. Durante toda la Edad Media fue muy concurrido, después fue ligeramente olvidado y en la época actual ha vuelto a tomar un gran auge. El Camino de Santiago ha sido declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad; Itinerario Cultural Europeo por el Consejo de Europa y ha recibido el título honorífico de Calle mayor de Europa

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jueves, 15 de abril de 2010

Camino Vasco

El Camino Vasco del Interior ha sido, además de un eje xacobeo fundamental, la puerta de entrada al centro de la Península desde Irún en la época romana.


El Camino Vasco del Interior, conocido también por los apelativos de Bayona, del túnel de San Adrián o simplemente del Interior, ha sido, además de un eje xacobeo fundamental, la puerta de entrada al centro de la Península desde Irún en la época romana. Parte desde Irún, al igual que el de la costa, y se une con el Francés en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja).

Información sobre las 8 etapas del Camino Vasco

Etapa 1: Irún - Hernani
Etapa 2: Hernani - Tolosa
Etapa 3: Tolosa - Zerain
Etapa 4: Zerain - Salvatierra
Etapa 5: Salvatierra/Agurain - Vitoria/Gasteiz
Etapa 6: Vitoria/Gasteiz - La Puebla de Arganzón
Etapa 7: La Puebla de Arganzón - Haro
Etapa 8: Haro - Santo Domingo de la Calzada

Etapa 11: Lugo - Palas de Rei

El pasear tranquilo y en muchas ocasiones solitario del Camino Primitivo pronto toca a su fin. Palas de Rei ya es territorio acotado del Camino Francés.




Saliendo de la Rúa das Nórias nos despedimos de Lugo por la puerta de Santiago, donde una figura ecuestre del Apóstol mira hacia la catedral. Más abajo se cruza el puente romano sobre el Miño, zona muy frecuentada por los lucenses para correr y pasear, y así se llega al barrio de San Lázaro. Más adelante hay que dejarse guiar por los mojones tradicionales con su vieira y su kilometraje, ya que unas flechas amarillas dirigen los pasos hacia Friol y Sobrado dos Monxes, otra alternativa más para llegar a Santiago de Compostela.

La etapa se dirige hacia Seoane y San Vicente do Burgo, donde se puede tomar algo, al igual que en Mera de San Pedro, a dos kilómetros de San Román da Retorta. Aquí, en San Román, hay una iglesia románica del siglo XII y una réplica de un miliario romano presente en la calzada de Lugo a Iria Flavia, cuyo original se llevó a un museo. Al dejar la población - restan 15 kilómetros de etapa - el itinerario continúa por Santa Cruz da Retorta y Villamayor de Negral.

Etapa 10: Cádavo Baleira - Lugo

Con Lugo a tiro de piedra se traiciona el espíritu aventurero y se anhela la llegada a la ciudad




De forma inconsciente y buscando la seguridad de la gran ciudad, Cádavo Baleira se abandona en un ligero ascenso que pasa por Pradera y corona Vaqueriza. Un descenso por pinar nos lleva hasta el Santuario de Nuestra Señora del Carmen, casi a la entrada de la localidad de Villabade. Aquí destaca su iglesia gótica, conocida como la catedral de Castroverde. Ésta es la siguiente población, y único lugar de avituallamiento de toda la jornada. Entre sus casas destaca la torre del homenaje de un antiguo castillo del siglo XIV.

Se continúa junto a la Iglesia de Santiago y el día continúa por un sendero. Ahora se transita por pequeños caminos que van uniendo las poblaciones de Souto de Torres, Vilar de Cas y Gondar. Hay que pasar por todas y prestar atención cuando se sale a la LU-530. La señalización no es del todo buena y después de pasar Carballido hay que cruzar la carretera y seguir hacia Manzoi.

Casas da Vina será la última localidad antes de divisar la milenaria Lugo, a la que se accede por el barrio de A Chanca. Tras cruzar el puente, el itinerario es el que sigue: Rúa da Chanca, Rúa y Carril de las Flores hasta el cruce con la calle San Roque. Aquí giramos a la derecha y entramo en el recinto amurallado bajo la puerta de San Pedro, junto a la cual hay una piedra donde se puede leer: "Por aquí entró el rey Alfonso II el Casto en el siglo IX, inaugurando el primer camino de Santiago". La primera calle a mano derecha es la Rúa das Nórias y aquí se encuentra el albergue de peregrinos. Fin del trayecto por hoy.

Etapa 9: Fonsagrada - Cádavo Baleira

Realmente la etapa comienza en Padrón, en el mismo albergue de peregrinos.




De nuevo, el itinerario va siguiendo el trayecto de la LU-530. A mano derecha pronto se encuentra la Fonte do Pastizal, que viene de perlas para llenar la cantimplora. El trayecto se interna de seguido por un pinar pero que, irremediablemente, conduce de nuevo hacia la carretera para enlazar de nuevo con otro camino.

Las diseminadas masas de eucaliptos que nos acompañaron en las dos primeras jornadas asturianas vuelven a hacer hoy su acto de presencia. Alternando entre sendas y carretera se llega a Vilardongo y continuando un par de kilómetros por el asfalto se coge un camino que llega hasta Montouto. Desde aquí a Paradavella es la parte más interesante del día, ya que el itinerario visita el antiguo hospital de Santiago de Montouto, del siglo XIV y que todavía a principios del XX seguía funcionando. En líneas generales hacían la función de los albergues de hoy en día.

Desde el alto de Montouto, a 1.050 metros, descendemos por un pinar hasta los 700 metros, altitud a la que se encuentra Paradavella. Aquí hay dos tiendas bar al borde de la carretera: Casa Villar y Casa García. La mejor opción después de reponer fuerzas es ascender por la carretera hasta Degolada y A Lastra. Hay caminos que evitan el asfalto pero es más recomendable ir con cuidado por el arcén, sobre todo en invierno y primavera cuando pueden estar embarrados. En A Lastra, una pista muy empinada surge a mano izquierda entre las casas y lleva hasta el alto de Fontaneira. La localidad del mismo nombre se encuentra más abajo y se atraviesa por la carretera. Las ganas de llegar hacen una parte final interminable, ya que aún restan seis kilómetros y el emplazamiento de Cádavo Baleira no permite verlo hasta que está bajo nuestros pies.

Etapa 8: Grandas de Salime - Fonsagrada

Llegando a la cima del puerto del Acebo, donde crece este arbusto, el Camino Primitivo se introduce en la provincia de Lugo. 145 kilómetros restan ya para llegar a Santiago




La etapa parte desde la Colegiata de San Salvador de Grandas de Salime y, siempre por caminos paralelos y por la propia carretera AS-28, se pasa por las poblaciones de La Farrapa y Cereijeira hasta llegar a Castro, pueblo con albergue juvenil y conocido por su poblamiento celta de Chao Samartín.

Pasado un kilómetro de Castro, la etapa pasa junto a la ermita de San Lázaro y sale de nuevo a la AS-28, a la altura de Gestoselo, para comenzar el tendido ascenso al puerto del Acebo. La subida es en gran parte por carretera y se hace muy monótona. Al llegar a Peñafuente se interna por una pista forestal pero pronto vuelve a la carretera para coronar. Tras pasar la venta, donde la señalización es bastante liosa, y ascender unos cientos de metros, se ve a lo lejos Consagrada, distante todavía unos 12 kilómetros. Hasta allí hay que pasar por Cabreira, Fonfría, Barbeitos y Paradonova. Salvo el primer tramo en largo descenso, el resto de la etapa discurre por pinares junto a la carretera.

Etapa 7: La Mesa - Grandas de Salime

Corta etapa caracterizada por el largo descenso que lleva al embalse de Grandas de Salime.




La jornada se inicia desde el albergue de peregrinos de La Mesa, y, en concreto, con una subida por pista asfaltada hasta Buspol que está flanqueada por los molinos que resuenan sus aspas con el viento. Pasando la granja de Buspol la vista se extiende hasta sitios insospechados. El camino no dejará de bajar durante muchos kilómetros. No en vano son cerca de 800 metros de desnivel hasta la misma presa. Al comienzo del descenso ya puede verse encajonado el embalse y el pueblo de Grandas en lo más alto y según vayamos avanzando Grandas de Salime irá desapareciendo de nuestra vista.

Se camina por una ladera rasa y despoblada y más tarde continúa por una pista que discurre por un pinar. Tras varios kilómetros por esta foresta, el camino se interna, tras girar a la izquierda, por un sendero que en otoño e invierno está alfombrado por grandes hojas de castaño. La senda llega hasta la misma AS-14 que nos guía a continuación hasta la presa del embalse, que cruzamos. Desde aquí hasta Grandas de Salime son 6 kilómetros en subida y prácticamente todos por carretera.

Etapa 6: Pola de Allande - La Mesa

El puerto del Palo es un nombre más que acertado para el duro obstáculo que hay que salvar y que, sin embargo, convierte a la jornada de hoy en una de las etapas más bellas de toda la peregrinación




El ascenso al puerto del Palo, flanqueado por un tupido bosque de hayas y robles y salvando los arroyos del Nisón por puentes de madera, se queda grabado para siempre. Sin duda alguna es el mayor desnivel del Camino Primitivo. Se asciende desde los 524 metros de altura hasta los 1.145 de su cima. Es el recorrido más fatigado y a su vez uno de los más gratificantes de todo el Camino Primitivo. El camino asciende por la vega del río Nisón y nos lleva hasta encontrarnos con el mojón que indica la proximidad del albergue de Peñaseita. El que haya dormido aquí ya habrá evitado esta ligera subida. La senda sigue hasta La Reigada, cruza sus pocas casas y se introduce en el bosque. Este tramo es el más bonito y agreste. Se pasan varios puentes de madera bajo robles y hayas y se continúa ascendiendo hasta pasar los 900 metros de altitud, donde se encuentra la carretera. Un centenar de metros más adelante se coge otro sendero que en línea recta salva el desnivel restante hasta situarse en el alto del puerto.

Tras este espectáculo inicial y un descenso por camino se llega hasta Montefurado. Nombre del pueblo solitario que parece emerger de la montaña y que bien parece el decorado de una película, con sus casas en piedra pizarra. Unas gallinas, un mastín y su dueño son los únicos signos vitales en varios kilómetros a la redonda. Tras deleitarse con sus vistas hay que poner marcha hacia Texu de Lago. Se sortea una valla y entre vacas asturianas se sube hasta una loma. Tras ella aparecen otro par de vallas que hay que volver a pasar para descender hasta la carretera. El camino discurre a la izquierda de ésta y bordea una ladera para entrar en Lago, donde crece un soberbio tejo junto a la iglesia parroquial. El camino asciende hasta la AS-14, y abandona así la población. Desde Lago hasta Berducedo esperan tres kilómetros suaves por un pinar de repoblación y un camino entre prados vallados. Se puede observar al fondo el parque eólico bajo el que pasaremos la noche. Berducedo, anejo del concejo de Allande, es otra alternativa más de final de etapa gracias a su albergue de peregrinos, sito en la antigua escuela rural del pueblo y que funciona desde el 2007. Para llegar hasta La Mesa se abandona la localidad por un fuerte repecho que desemboca en una carretera comarcal que conduce a La Mesa.

Etapa 5: Borres - Pola de Allande

El kilometraje de esta etapa es el más corto desde que salimos de Oviedo.




Son 11 kilómetros y seiscientos metros hasta llegar a Pola aunque el albergue, situado en Peñaseita, se encuentra 3 kilómetros y medio más adelante. Subidas y bajadas jalonan un recorrido que tiene como punto más alto Lavadoira, con 815 metros.

Se sale del albergue y se atraviesa Borres por una serie de cuestas hasta dar a mano izquierda con un sendero que transita paralelo a un bosque de pinos. Antes de entrar en Samblismo un mojón nos muestra la dirección de la otra variante de esta etapa, la ruta montañosa que asciende hasta las ruinas del hospital de Fonfaraón y baja hasta Montefurado. En nuestro caso elegiremos la que va hasta Pola de Allande. Pasada la localidad de La Mortera (Km 3) comienza un verdadero trazado rompepiernas que asciende a Porciles (770 metros) para volver a descender, cruzando por puente el río Porciles, y ascender por camino y carretera hacia el alto de Lavadoira (815 metros). Desde aquí, pasando por Ferroy, todo descenso hasta Pola de Allande.

Etapa 4: Tineo - Borres

En Tineo dan comienzo una sucesión de etapas más abruptas, donde el paisaje sigue siendo encomiable y los grandes valles dejan paso a un terreno de bosques y montañas




Tineo se abandona por la calle de la Fuente, tras la cual viene una pista asfaltada que dejaremos por un camino que sale a la izquierda. Cinco kilómetros en ascenso conducen hasta el primer punto destacado de la jornada: el alto de Piedratecha. Tras coronar se desciende hasta la carretera AS-218 y quinientos metros más adelante se deja el asfalto para tomar un precioso sendero que nace a mano izquierda. Baja directamente al Monasterio de Obona, del siglo XIII y visiblemente abandonado. Se recomienda caminar unos cientos de metros extra y visitarlo, sólo por pasear entre la maleza que crece en el antiguo claustro ya merece la pena.

Desde el monasterio hay que volver hacia atrás y retomar la senda que continúa entre el bosque hasta Villaluz. Desde esta población, la carretera TI-3 nos llevará por Vega del Rey y Berrugoso a Campiello. Aquí se encuentra Casa Herminia, un ultramarinos donde se puede comer y comprar cualquier vitualla. Para llegar a Borres, pequeña aldea con albergue de peregrinos, hay que rodar por carretera y pasar por El Fresno y El Espín.

lunes, 12 de abril de 2010

Etapa 3: Salas - Tineo

Desde el refugio orográfico de Salas se asciende hasta la pequeña aldea de Porciles para afrontar una planicie, víctima de los rigores del clima, que transita por las poblaciones de Bodenaya y La Espina y entra en el concejo de Tineo por La Pereda y El Pedregal.



La etapa comienza bajo el arco que une el palacio de Valdés Salas con la torre medieval. Tras salir de la población nos recibe un camino en suave ascenso que apenas castiga, gracias al bosque de robles y castaños que nos rodea y el discurrir del río Nonaya bajo el sendero. Un fuerte repecho final nos planta en la N-634, plagada de camiones. Después de transitar cerca de un kilómetro por su tedioso asfalto, la señalización nos interna por un camino que sube hasta las casas de Porciles.

Por el conocido Camín de Misa y después de cruzar la nacional se entra en Bodenaya. Algo más de kilómetro y medio la separan de La Espina, población donde se despide la N-634, que se dirige hacia el Cantábrico. El trazado del Primitivo sigue de frente en dirección a Tineo y por un camino paralelo a la AS-216 se llega a La Pereda. La rehabilitación del Camino por parte de las asociaciones de amigos locales se hace patente en esta localidad, donde se encuentran la ermita del Cristo de los Afligidos y la fuente del Reconco.

Se deja la población tras una serie de repechos y se continúa por un sendero desde el que puede divisarse el valle. Se llega así al Pedregal, que se cruza por la carretera, - en la medida de lo posible se hacen muchos esfuerzos por evitar el asfalto. A la salida del Pedregal se retoma de nuevo una senda en ascenso que se torna en llano y ligero descenso durante los siguientes cinco kilómetros. Tras ellos se llega al campo de fútbol y al barrio de San Roque de Tineo, final de etapa. Para llegar hasta el albergue no es necesario bajar hasta el centro de la población sino que pasada la ermita de San Roque existe un desvío que lleva hasta el albergue Mater Christi.

Etapa 2: Grado - Salas

El segundo día, el que haya dormido en Grado, comenzará la jornada con un buen repecho hasta San Juan de Villapañada y el alto del Fresno. El trazado continúa hasta Cornellana, bañada por el salmonero río Narcea, y se dirige a su destino pasando por Llamas, Quintana y Casazorrina



Aquellos que hayan dormido en Grado deberán subir hasta San Juan de Villapañada, aldea a la que no es necesario entrar, y continuar por un fuerte repecho de asfalto hasta el alto del Fresno. Aquí se encuentra el Santuario de la Virgen del Fresno, al que se acude en romería cada 28 de septiembre. Una parada para recuperar el aliento está más que justificada.

El trayecto desciende por un camino, que abarca una impecable panorámica del valle y donde destaca en primer plano San Marcelo, localidad de unos 30 habitantes que pertenece al concejo de Salas. Los hórreos y paneras abundan, aunque muchos de ellos ya no se utilizan como almacén de maíz. Son los efectos del despoblamiento rural. Se deja San Marcelo por carretera y pronto se toma un camino a la izquierda que, paralelo a un riachuelo, nos introduce en La Reaz y sigue hasta La Doriga. En este pueblo se puede admirar la iglesia románica de Santa Eulalia y un palacio del siglo XIV. Una senda de tierra y piedras entre musgos y enredaderas sale a la carretera en La Ponte, antesala de Cornellana, población a la que se accede un kilómetro más adelante tras cruzar el puente sobre el salmonero río Narcea. El albergue está situado en las dependencias del monasterio de San Salvador, construcción que se remonta a la primera mitad del siglo XI.

El camino asciende y bordea el alto de Santa Eufemia, donde se obtiene una magnífica vista de Cornellana. Un sendero por bosque, donde no es extraño el encuentro fugaz con algún corzo, conduce a Llamas. Desde esta aldea se avanza por terreno llano y recto dejando a la derecha Quintana. Más adelante, la Asociación Salas en el Camino ha construido un cobijo con un par de bancos en el paraje de Fuente Caliente. Aquí termina la monotonía porque a mano izquierda surge una senda que asciende y desciende para buscar el cauce del río Nonaya, que se salva por un puente para entrar en Casazorrina. El siguiente hito es Mallecín y tras cruzar la carretera un camino nos lleva hasta Salas, fin de la segunda etapa.

Etapa 1: Oviedo - Grado

Desde la capital de Asturias hasta la fértil vega de Grado enlaza un recorrido con un perfil más bien homogéneo, sólo incomodado por la subida al Escamplero



Siguiendo los pasos que marcó Alfonso II el Casto en su camino hacia la tumba del Apóstol Santiago, se inicia la peregrinación desde la catedral de San Salvador, y tras abandonar Oviedo gracias a la estela de las conchas de bronce pegadas al suelo, el Camino pasa junto a San Lázaro de Paniceres, Llampaxuga -con su ermita de origen medieval- Loriana y Bolguina. El tránsito del núcleo urbano al rural es radical, y ya desde San Lázaro se discurre entre prados verdes y vacas lecheras. El primer hito histórico llega al cruzar el Puente de Gallegos sobre el río Nora, del siglo XIII. Se entra así en el concejo de Las Regueras y, primero por carretera y luego por un bosque de castaños y robles conocido como el Castañéu del Soldáu, se sube hasta Escamplero, donde antiguamente hubo un hospital de peregrinos y hoy en día se encuentra el primer albergue del Camino Primitivo.

Sobrepasados los nueve kilómetros de la etapa, el itinerario desciende hacia Valsera e inicia un ascenso por asfalto hasta Premoño. En esta población, a mano izquierda, se encuentra la Capilla de Santa Ana, única huella visible del antiguo hospital de peregrinos. Paladín y Puerma serán las siguientes localidades de paso y el concejo de Las Regueras da paso al de Grado. Ya se puede contemplar el cauce del río Nalón, el más largo y caudaloso de Asturias que en 1586 arrasó con sus aguas el puente de Peñaflor. Se cruza para llegar hasta la nacional 634 y continuar por ella hasta la población del mismo nombre. Pasados más de dos kilómetros se entra en Grado por el barrio de San Pelayo y por el puente sobre el Cubia.

Camino Primitivo

El Camino Primitivo es ese idóneo punto de partida para descubrir la senda del primer Camino conocido, la que tomó Alfonso II el Casto, en el siglo IX para visitar la recién descubierta tumba del Apóstol Santiago.

nternarse por las sendas de un Camino de Santiago que no sea el tradicional francés siempre crea dudas al peregrino, más si cabe si se es novel y nunca se ha realizado ninguno. El itinerario que parte de Roncesvalles siempre ha sido y será el más mimado y el más cómodo desde el punto de vista de la infraestructura y servicios. Sin embargo, quizás haya perdido gran parte de su encanto debido a la rehabilitación de su entorno y a su masificación, sobre todo en los meses estivales y años jacobeos. Hay muchas más alternativas históricas para llegar a Santiago que nos permitirán admirar rincones de la orografía española. El Camino primitivo es ese idóneo punto de partida para descubrir la senda del primer Camino conocido, la que tomó Alfonso II el Casto, en el siglo IX para visitar la recién descubierta tumba del Apóstol Santiago. El itinerario actual reproduce fielmente al original, partiendo desde Oviedo y atravesando Asturias por todo los concejos de su occidente: Las Regueras, Grado, Salas, Tineo, Pola de Allande y Grandas de Salime. A partir de éste último los pasos entran en Lugo por el Puerto del Acebo y enlazan con el Camino francés en Palas de Rei, donde tan sólo quedan dos jornadas para llegar hasta la Plaza del Obradoiro.

El Principado de Asturias ha invertido muchos recursos en los últimos años para acondicionar la ruta primitiva. La señalización es literalmente perfecta y en ningún momento asaltan las dudas sobre qué camino tomar. Las zonas más boscosas y difíciles del recorrido son perfectamente transitables por unos caminos que se han limpiado y que el paso del ganado se encarga día a día de marcar. Además, evita casi siempre el monótono asfalto y le confiere un carácter especial. Prueba de este esfuerzo es el número de personas que optan por realizarlo y que año tras año van en aumento. El único inconveniente para el peregrino es el barro, que en los meses invernales y a comienzo de la primavera inunda partes del recorrido debido a la gran cantidad de precipitaciones que sufre Asturias. Es el precio a pagar por sus valles siempre verdes.


Información sobre las 11 etapas del Camino Primitivo

Etapa nº1- Oviedo - Grado 21,1 Km
Etapa nº2- Grado - Salas 20,9 Km
Etapa nº3- Salas - Tineo 19,1 Km
Etapa nº4- Tineo - Borres 15,2 Km
Etapa nº5- Borres - Pola de Allande 11,6 Km
Etapa nº6- Pola de Allande - La Mesa 20,9 Km
Etapa nº7- La Mesa - Grandas de Salime 15,7 Km
Etapa nº8- Grandas de Salime - Fonsagrada 26,8 Km
Etapa nº9- Fonsagrada - Cádavo Baleira 27,9 Km
Etapa nº10- Cádavo Baleira - Lugo 31,5 Km
Etapa nº11- Lugo - Palas de Rei 35,8 Km

Etapa 6: Monreal - Puente la Reina-Gares

Larga y dura etapa que, bajo la silueta cónica de la Higa de Monreal, inicia su recorrido por el valle del río Elorz. Una a una, las poblaciones de Yárnoz, Otano, Ezperun y Guerendiáin, van aguardando el paso de los peregrinos que avanzan por las onduladas sendas de la sierra de Alaiz. Después, Tiebas, y Muruarte de Reta ofrecen un merecido descanso antes de llegar a Valdizarbe, comarca que se presenta en Olcoz y baja hasta Enériz y la simbólica ermita de Eunate. En la plaza de Obanos, el Camino Aragonés finaliza y se funde con el Camino Francés para continuar juntos el periplo hasta Santiago de Compostela. Aunque hoy parada y fonda en Puente la Reina, faltaría más.



Desde el albergue de Monreal, salimos de frente por el callejón y, pasada la iglesia, giramos a la izquierda por la calle del Burgo para salir de la población. Una vez en campo abierto avanzamos recto. La autovía A-21 queda a nuestra derecha y los campos de cereal, el bosque galería del río Elorz y la Higa, a 1288 metros de altitud, a nuestra izquierda. El camino va buscando la fértil ribera del río y, tras acompañar su cauce durante un kilómetro, lo cruza y se desvía hacia la izquierda por una pista (Km 2,2). Pronto deja de ser pista y se convierte en un camino que se agarra a las laderas de la sierra de Alaiz. La senda nos conduce junto a Yárnoz, población que aún conserva una torre medieval de los siglos XIV o XV (Km 4,3).

El último kilómetro recorrido es un anticipo de lo que viene a continuación. La senda se acopla como puede a la cambiante orografía de la sierra y alterna pequeños tramos de subida con otros de bajada. También, tan pronto se abre al valle como penetra en el bosque mediterráneo. Así pasamos junto a Otano (Km 5,8) y al despoblado de Ezperun (Km 7,5), donde lo único visible es la explotación de una cantera y el canal de Navarra, una infraestructura hidráulica que distribuye por Navarra el agua regulada del embalse de Itoiz. En fuerte repecho, seguimos por una pista asfaltada que pasa bajo la cantera y descendemos por un bonito camino resguardado que nos lleva hasta la entrada de Guerendiáin (Km 9,4). Al dejar esta localidad, de monumentales casas engalanadas con geranios y decorada con múltiples referencias jacobeas, decimos adiós al valle de Elorz.

Un largo tramo rompe piernas y técnico, sobretodo con barro, nos conduce hasta Tiebas y su castillo derruido siglo XIII (Km 13,2). Atravesamos la localidad, dejando a un lado la iglesia de Santa Eufemia, y pasado el campo de fútbol cogemos un camino que circula paralelo a la valla que delimita la autopista AP-15. Al llegar a una rotonda de enlace se cruza un túnel bajo la autopista para sortear después la carretera N-121. Más adelante, por otro pequeño túnel, esta vez bajo las vías del tren, llegamos a Muruarte de Reta (Km 17,3). Atentos a la señalización, porque antes de llegar a las primeras casas hay que desviarse hacia la izquierda por la pista asfaltada. Siguiendo esta carretera local llegamos a Olcoz y con ello a la comarca de Valdizarbe (18,6). A la entrada de la población continuamos por la derecha para, en breve, tomar un camino que desciende por una loma y desde el que se obtienen unas buenas vistas de la comarca y el canal de Navarra. Por un pequeño tramo asfaltado y una pista posterior nos presentamos en Enériz (23,2), buen sitio también para complacer a una garganta reseca y un estómago vacío.

Se continúa por pista hasta que un mojón nos obliga a desviarnos a mano derecha entre los arbustos. Una buena estratagema para avivar el suspense, ya que tras la galería se descubre la silueta de Santa María de Eunate. Ermita románica, de planta octogonal y rodeada por una arquería, cuya originalidad le ha valido buena fama en el Camino de Santiago (Km 26). A un kilómetro de Eunate cruzamos la carretera para subir hasta Obanos. En la plaza de los Fueros de esta localidad, junto a la iglesia de San Juan Bautista, nuestro itinerario se funde con el de los peregrinos que salieron, en su gran mayoría, de San Jean Pied de Port o Roncesvalles (Km 28,3). Seguramente, tras una hilera de peregrinos mochila más numerosa que de costumbre, salimos de Obanos y bajamos hasta la carretera, que cruzamos para tomar un camino paralelo al río Robo. En breve llegamos hasta el arcén de la N-111 y a la entrada de Puente la Reina, localidad de gran tradición hospitalera. En el centro de Puente la Reina se cubren los 31,1 km de esta dura etapa.

Etapa 5: Sangüesa - Monreal

Junto a la iglesia de Santa María, testigo mudo del paso de millones de peregrinos a lo largo de la historia, se cruza por última vez el río Aragón para subir a Rocaforte. Entonces, pistas y sendas dibujadas entre las sierras de Aibar y Salajones toman la iniciativa para coronar el primer alto. Tras un breve respiro, se acomete la segunda subida y se desciende hasta el valle de Ibargoiti, cortado por pistas agrícolas que enlazan las poblaciones de Izco, Abínzano y Salinas de Ibargoiti, prólogo de Monreal.



Avanzando en línea recta por las calles Enrique de Labrit y Alfonso el Batallador giramos a mano izquierda para tomar la calle Mayor. Tras pasar la portada de Santa María la Real tenemos el último encuentro con el Aragón, río que cruzamos por un puente de finales del XIX que acabó con la estructura del puente románico del siglo XI. A la salida seguimos por la derecha y recorremos unos seiscientos metros por la carretera. Justo hasta el desvío a mano izquierda que se dirige a Rocaforte. Lo tomamos para coger en breve un camino que nace junto al arcén derecho y que sube por la colina donde se asienta Rocaforte (Km 2,5).

A la entrada de la localidad, una placa jacobea señala las opciones hacia Rocaforte y hacia el Alto de Aibar. Escogemos esta última y continuamos por la derecha para coger una pista que pasa junto a la fuente de San Francisco, donde también se ha habilitado una zona de recreo con merendero y varias barbacoas (Km 3). La pista se abre paso por un terreno abierto, sembrado de campos de cereal, vides y olivos dispersos y bajo el parque eólico de la sierra de Salajones. Sin fuertes repechos, pero en continuo ascenso, se avanza durante seis kilómetros hasta el alto de Aibar, que coronamos tras pasar un túnel (Km 9).

Una senda trazada sobre la carretera y con vistas al pueblo de Lumbier nos lleva a bajar rápidamente por la ladera de la montaña. Continúa guiándonos entre un pequeño pinar, a cuya salida abrimos una puerta provista de muelle para entrar en una pista. Más adelante, pasado un paso canadiense en la zona del barranco Basobar, la pista curvea y ¡ojo!, porque hay que abandonarla por un portillo de madera que se encuentra a nuestra izquierda (Km 12). Por otra pista forestal, con la referencia cercana de una línea de aerogeneradores en la cresta de la sierra, vamos superando el desnivel. Un kilómetro después de una nave ganadera alcanzamos un alto de la sierra de Izco y los 770 metros de altitud, la cota más alta de la etapa (Km 15,9).

Por un pequeño bosque de coníferas bajamos hasta una pista agrícola que conduce a Izco, entrando así en el valle de Ibargoiti. A las puertas de Izco nos recibe un crucero moderno y un panel informativo del valle y sus poblaciones. La señalización lleva hasta la plaza, donde se encuentra el frontón y el albergue de peregrinos (Km 17,8). A la salida del pueblo proseguimos por otra pista parcelaria recta y con varias ondulaciones que llega hasta Abínzano, segundo núcleo habitado del valle (Km 19,8). Tras Abínzano, más de lo mismo. Se avanza por la monótona pista durante otra hora más hasta las afueras de Salinas de Ibargoiti. Sin entrar en esta población, cruzamos un puente sobre el río Elorz (Km 24,3) y giramos a la izquierda para continuar brevemente junto al río. Por un reconfortante y último tramo bajo un robledal tupido de arbustos de boj nos presentamos en Monreal. Cruzado su puente medieval sobre el Elorz se continúa de frente por la calle Santa Bárbara para girar a la izquierda y subir las escaleras que acaban junto a la puerta del albergue (Km 27,2).

Etapa 4: Ruesta - Sangüesa

A la salida, una súbita bajada lleva a cruzar el río Regal para tomar una pista forestal que sube por el monte Fenerol. El esfuerzo es recompensado con unas magníficas vistas del pantano de Yesa, el despoblado de Tiermas y la sierra de Leyre. Una vez arriba, el Camino se deja caer cómodamente hasta Undués de Lerda. Después, sendas y aburridas pistas de concentración se abren paso hasta Sangüesa, último reencuentro con el río Aragón.



Sobre el abultado empedrado de las calles de Ruesta y echando la vista atrás para contemplar una última panorámica de un pueblo del pasado reciente, colonizado por la masa arbórea y que se niega a sucumbir a la ruina y al despoblamiento total, descendemos hasta una pasarela apoyada en pilares de piedra que permite salvar el río Regal, cuyo cauce baja a morir al pantano. Pasado el camping llegamos junto a la ermita de Santiago, templo románico abandonado a su suerte. Al paso por la ermita le coge el testigo una pista forestal que se encargará de guiar nuestros pasos en la subida por el monte Fenerol. No hay pérdida. Sólo hay que prestar atención a un desvío de noventa grados hacia la izquierda que puede pasar desapercibido (Km 2,7).

Tomado el desvío, el desnivel se endurece y según vamos ganando altura el bosque queda a nuestros pies y permite deleitarse con una bonita panorámica del pantano de Yesa, el despoblado de Tiermas - que al igual que Ruesta fue abandonado forzosamente por sus vecinos cuando construyeron el embalse - y la barrera rocosa de la sierra de Leyre. Alcanzando el alto (Km 6,4) comenzamos a descender sin prisas y por un terreno abierto donde se entremezcla una vegetación rasa de media montaña con las siembras de cereal. Undúes de Lerda dista cinco kilómetros. Cuando por fin se observa su estampa medieval de tonos terrizos se aviva sin querer el paso y tras un tramo de calzada romana se nos exige un peaje en forma de esforzado repecho para entrar en este pueblo zaragozano (Km 11,3).

El segundo tramo de la etapa presenta un terreno más favorable. Nos alejamos de Undués por un sendero que se abre paso entre el matorral y que desciende por la cresta de la montaña hasta el llano. Un panel informativo nos da la bienvenida a Navarra, Aragón llega a su fin y, según los datos del GPS, ya hemos avanzado 98,8 kilómetros desde Somport. (Km 14,6). Más adelante entramos en una aburrida pista de concentración que nos acompaña durante cerca de una hora y que, con muchas ganas, dejamos por la izquierda. Tras un leve cambio de dirección salimos a una pista asfaltada que atraviesa una zona conocida como Llano del Real, salpicada de fincas rústicas. Pasado bajo el puente de la variante entramos en Sangüesa. Dejamos a mano izquierda la plaza de toros y rectos, por la calle Magdalena, llegamos a la rotonda donde está expuesto el portal de Carajeas, una de las puertas de la muralla del siglo XIII. Seguimos de frente para entrar en la calle Enrique de Labrit, donde se encuentra el albergue (Km 21,8).

Etapa 3: Arrés - Ruesta

De las frondosas laderas del monte Samitier se desciende a un mar de cereal surcado por pistas agrícolas y que convive junto a un paisaje de badlands y barrancos formados por la erosión del agua. El itinerario descarta el paso por la localidad de Martes y, ya en la provincia de Zaragoza, hace lo propio con Mianos para dirigirse a Artieda. Desde aquí, por una pista agrícola, carretera y una senda sombría a orillas del embalse de Yesa se accede a Ruesta.



Con las primeras luces del día nos despedimos de Arrés por una senda pedregosa rodeada de boj que desciende hasta una pista. En los primeros compases de la etapa nos obliga a dar un rodeo para evitar pisar los campos de cereal y terminamos girando noventa grados a la izquierda para recuperar el rumbo oeste. Unos veinte minutos después nos encontramos a pie de pista con un complejo agropecuario y de turismo rural conocido por la Pardina del Solano (Km 3,7). Seguimos recto y, kilómetro y medio más adelante, dejamos a mano izquierda un desvío que lleva al pueblo de Martes. Continuamos por la pista y fijando la vista en las curiosas estructuras geológicas, conocidas como badlands, que afloran a los lados del camino. Dejamos la pista de concentración al cruzar la carretera que se dirige a Martes (Km 7) y giramos a la izquierda para ganar una pequeña loma junto a una nave agrícola. Un desvío a mano derecha nos planta de nuevo en otra pista de concentración por la que seguimos avanzando.

Traspasado el límite entre las provincias de Huesca y la entrante Zaragoza, accedemos al barranco de Sobresechos para vadear su cauce que, salvo en época de fuertes lluvias, no debe suponer ningún problema (Km 10,3). Cruzado este barranco nos encontramos pronto con otro curso de agua que baja por el barranco Calcones. Una vez superado afrontamos una corta subida y ya por terreno favorable enlazamos con una pista asfaltada. Ésta conduce a Mianos, el primer pueblo que se divisa. Más adelante acabamos dejando la brea y, sin seguir hacia Mianos, cogemos un camino a mano derecha en dirección a Artieda (Km 13,4). Un incómodo tramo de sube y baja llega hasta la carretera que conduce inmediatamente hasta los pies de Artieda. El que decida terminar aquí la etapa debe subir hasta el centro del pueblo, donde se encuentra el albergue (Km 17,6). Para continuar hacia Ruesta no es necesario subir a Artieda, aunque merece la pena el esfuerzo para tomarse un respiro y reponer fuerzas. Ya no encontraremos más localidades en los once kilómetros que restan de etapa.

Habiendo subido o no, junto al desvío de Artieda cogemos una pista a mano derecha que pasados trescientos metros gira a la izquierda. Nos lleva hasta la A-1601 (Km 20,4), carretera que tomamos hacia la izquierda y que nos acompañará durante cuatro kilómetros. Pasado el punto kilométrico número 6 salimos de la carretera por la izquierda para tomar una senda que sube hasta un campo de cereal. (Km 24,4). Continuando por ella bordeamos el terreno y cruzamos la carretera para internarnos por un robledal que nos regala, por fin, un poco de sombra. En algunos puntos, entre el verde matorral se puede distinguir el azul del embalse de Yesa. Sin referencias, el final parece no llegar nunca. Al salir a un claro, dejamos a mano derecha la ermita románica de San Juan, en ruinas y cubierta por una estructura metálica. Un esfuerzo más y subimos hasta la carretera para entrar en Ruesta. (Km 28,7).

Etapa 2: Jaca - Arrés

Recuperada la dirección natural hacia poniente, se abandona Jaca bajo la atenta mirada de la peña Oroel y se continúa por una cabañera aprisionada entre la N-240 y el río Aragón. Vadeado el barranco de Atarés, el Camino de Santiago lleva a un mirador sobre la Canal de Berdún y desciende hasta Santa Cilia. Alguna cabañera más y el arcén de la nacional conducen a Puente la Reina de Jaca, localidad que se deja a mano derecha para acometer una esforzada subida por las faldas del monte Samitier y alcanzar Arrés.



Gracias a las conchas de bronce, estratégicamente colocadas sobre el pavimento, logramos avanzar por el entramado de calles del centro de Jaca. El recorrido permite ver la gótica torre del Reloj y la iglesia de Santiago. Junto a ella podemos girar a mano derecha por la calle del Coso y más adelante a la izquierda por la Bajada de Baños. Llegamos así a la rotonda donde se encuentra la gasolinera para tomar la N-240 en dirección a Pamplona. En breve, junto al cuartel militar, dejamos la nacional por nuestra izquierda y continuamos por una urbanización y un pequeño polígono hasta las afueras de Jaca. Llegamos así a los pies de la ermita de la Victoria, símbolo de la victoria sobre los musulmanes a la que acuden en romería los jaqueses el primer viernes de mayo. (Km 2,8).

En este punto cruzamos la N-240 y tomamos en breve una cabañera (cañada de ganado) que surge junto al arcén derecho y que transita sobre el bosque de ribera del río Aragón. Pasados veinte minutos se sale de nuevo a la nacional a la altura de la Botiguera para cruzar el río Gas (Km 5,2) y llegar junto a la caseta del Municionero. Un poste de madera del GR 65.3.2 indica el desvío hacia Atarés y San Juan de la Peña (ver apartado observaciones), pero nosotros continuamos de frente en dirección Santa Cilia por el GR 65.3. Enseguida, antes del punto kilométrico 288 de la N-240, se cruza la carretera y se deja por la derecha. Más adelante se vuelve a cruzar para coger un camino que llega hasta el barranco de Atarés, que normalmente trae agua y hay que vadear. (Km 7,7).

Una vez superado se sale a la carretera que sube hasta Atarés y, atención, la tomamos hacia la derecha. Nos conduce a un camino que iniciamos llaneando para derivar en un tramo con un perfil más acusado que alcanza el mirador de la Canal de Berdún, una pequeña atalaya sobre esta vasta depresión orográfica cubierta de cereal y surcada por el río Aragón y la franja gris de la N-240 (Km 11,3). Descendemos bruscamente y pasamos detrás del hotel Aragón y la histórica venta de Esculabolsas, antigua posada de caminantes y mercaderes. Tras salvar un regato de agua andamos unos metros campo a través y cruzamos la carretera A-1603 que sube a Santa Cruz de la Serós y San Juan de la Peña. Acto seguido continuamos recto por una cabañera que nos lleva hasta Santa Cilia de Jaca, localidad a la que entramos tras cruzar la carretera. El itinerario urbano nos lleva hasta el mismo núcleo histórico (Km 15,3).

Dejamos Santa Cilia por una cabañera y algunas rodadas pegadas a la nacional tras las que logramos restar dos kilómetros y medio más al total de la etapa. Llegando al punto kilométrico 300, cruzamos la N-240 y dejamos el camping Pirineos a mano derecha (Km 18,7). Pegados al arcén izquierdo recorremos dos kilómetros, hasta el punto kilométrico 302, y cruzamos la nacional para internarnos por una senda sombría que baja hasta la margen del río, donde cientos de peregrinos han aprovechado los cantos rodados para formar con ellos estructuras verticales semejantes a chimeneas. El conjunto de todas ellas forma un paisaje asombroso. En trescientos metros llegamos hasta el puente de piedra sobre el Aragón de Puente la Reina de Jaca (Km 21,4). Sin cruzarlo, dejamos esta localidad de servicios a mano derecha y continuamos rectos por una carretera local en dirección a Arrés, dejando a la izquierda la carretera A-132 que se dirige a Huesca. Más adelante, un poste de madera balizado con la indicación ?PR-HU 23. Arrés 3 Km? nos invita a tomar un sendero que asciende por la falda del monte Samitier. Después de un primer kilómetro con fuerte desnivel, la dureza va remitiendo para finalmente alcanzar los 700 metros de altitud en Arrés, fin de etapa. (Km 25).

Etapa 1: Somport - Jaca

A 1.630 metros de altitud, en pleno Pirineo oscense, el alto de Somport es el lugar soñado para iniciar una peregrinación a Santiago de Compostela. Por delante, 161 kilómetros y seis jornadas hasta llegar a Obanos, localidad en la que esta ruta confluye con el Camino Francés que parte de Roncesavalles. Rumbo norte-sur y guiado siempre por la brecha del río Aragón, el trazado de la etapa de hoy desciende el fresco valle en busca de la meseta jaquesa.



Tras salir del refugio, nuestros primeros pasos no tienen pérdida, hay una señal de madera con la indicación "GR 65.3 Canfranc Estación" y un mojón jacobeo labrado con las distancias a Santiago de Compostela (858 Km) y Undúes de Lerda, última población aragonesa (87 Km). Bajamos las escaleras que se encuentran junto al mojón para seguir descendiendo junto a la margen derecha de un joven río Aragón. Apenas recorridos 800 metros rodeamos la planta excavada del hospital de Santa Cristina, reconocido albergue fundado en la Baja Edad Media. Tras dejar la estación invernal de Candanchú a mano derecha, cruzamos la N-330, salvamos el pequeño desnivel gracias a unas escaleras y retomamos la marcha valle abajo. La presencia de algunos búnker de hormigón y el desafiante panorama de nuestra derecha, con alturas pirenaicas que se alzan sobre el campamento de Rioseta, facilitan la travesía hasta toparnos con la chimenea de la fundería del Anglasé, una torre de sillería que representa el único testigo de una antigua mina de cobre y hierro. (Km 3,2).

Después de un breve encuentro con el bosque salimos a una pista y giramos a la izquierda para salvar el cauce del río procedente de la Canal Roya. Acto seguido, abrimos un portillo de madera y retomamos la senda. Un kilómetro más abajo, un puente de madera permite cruzar las aguas del barranco de Izas, que también se desploman hacia el río Aragón. Continuamos bajando por un estrecho sendero comido por la exuberante vegetación y a espaldas del Coll de Ladrones, dos fuertes defensivos de 1758 y 1900 mimetizados sobre el peñasco. El aroma de un horno de pan abre el apetito llegando al arcén de la N-330, carretera que seguimos para entrar en Canfranc Estación. (Km 6,8).

Una acera pavimentada permite abandonar la población junto al río pero, tras las últimas casas, se vuelve al arcén de la carretera para cruzar un túnel. A la salida se gira a la izquierda para tomar unas escaleras que bajan al pie de la presa de Canfranc (Km 8,5). Cruzando el Aragón nos internarnos por una senda que zigzaguea sobre el cortado formado por la erosiva acción del río. Desde este mirador puede observarse la torre de Fusileros, fortificación militar del siglo XIX emplazada al borde de la N-330. En algunos tramos el camino se torna sombrío gracias a la cobertura de las hayas y desciende hasta el barranco de Ip, donde saluda una fría cascada. (Km 10). Cruzamos el puente, aún con la compañía del frescor de los helechos y el bosque, para recorrer un kilómetro y presentarnos en Canfranc pueblo. (Km 11,2).

La localidad se cruza por la calle Albareda, que divide el pueblo en dos mitades iguales, y se deja a mano izquierda la iglesia parroquial de la Asunción para cruzar el río Aragón por el puente medieval. Arropados entre la montaña y el río seguimos durante más de dos kilómetros hasta llegar a un paso subterráneo que atraviesa la N-330 y que obliga casi a agacharse. (Km 13,6). Otro tramo de dos kilómetros, con la perspectiva del río bajo nuestros pies, nos lleva a pasar junto a la entrada de la cueva de las Güixas, una gruta de estalactitas y estalagmitas. De inmediato se llega a la entrada de Villanúa, donde surge la primera alternativa de la etapa. La primera opción gira hacia la derecha, cruza el puente sobre el Aragón y continúa hasta la siguiente localidad por una cabañera (cañada para el ganado) paralela a la N-330. La segunda opción, la que sigue la guía, nos lleva hasta el centro de Villanúa. (Km 15,8)

Llegando junto al supermercado torcemos a la izquierda y abandonamos Villanúa tras dejar atrás la iglesia de San Esteban. Nos fiamos de las marcas rojas y blancas del GR, que nos guían durante más de una hora, primero por pista asfaltada y luego por pistas de tierra y piedras, hasta un puente sobre el Aragón (Km 21,4). Lo pasamos para llegar a la N-330, que cruzamos con cuidado para subir hasta Castiello de Jaca (Km 22,6).

Dejando a mano derecha la iglesia de San Miguel, se desciende calle abajo hasta la carretera nacional. La cruzamos para llegar a la zona de servicios del pueblo y de seguido volvemos a salvar por otro puente el río Aragón. Un gratificante paseo por la margen del río nos lleva a vadear por unos pilares de piedra otro cauce, esta vez el del Ijuez (Km 23,8). Solventado este punto conflictivo retomamos la marcha media hora más hasta cruzar la carretera y después continuamos más de dos kilómetros pegados al arcén y por algunas cabañeras paralelas a la N-330. Llegamos así hasta la ermita de la Victoria (Km 28,3) y un puente, tras el que afrontamos el fuerte repecho de la cuesta de la Salud para entrar en Jaca. Rectos, por la avenida de Francia, llegamos hasta la plaza de la Catedral y continuamos por la calles Bellido y Puerta Nueva para girar a la derecha por la calle del Hospital y de nuevo a la derecha por Conde Aznar, donde se encuentra el albergue. (Km 30,5) Fin de etapa.

viernes, 9 de abril de 2010

Camino Aragonés

La peregrinación por el Camino Aragonés fue uno de los primeros y más utilizados trazados jacobeos.

El origen

En qué año, quién fue el primer peregrino y cómo accedió desde Francia al alto de Somport con la intención de dirigirse hacia la tumba del Apóstol Santiago, es uno de los tantos secretos que la Historia se guarda para ella. Fuentes e historiadores avalan que los primeros peregrinos, antes del año 1000, no entraban en España por Somport sino a través del puerto del Palo. Utilizaban el ramal principal de la calzada romana que comunicaba Zaragoza con el Bearn francés (Item a Caesarea Augusta Beneharno), paraban en el monasterio de San Pedro de Siresa que ya existía a mediados del siglo IX y bajaban por el valle de Hecho hasta el río Aragón, donde hoy se encuentra Puente la Reina de Jaca. Desde este lugar se dirigían a Pamplona. En otra corriente diferente se encuentra la postura de Isaac Moreno Gallo, ingeniero de Obras Públicas que ha revolucionado la idea que teníamos de las calzadas romanas. En la web www.traianvs.net/viasromanas escribe al respecto del itinerario del Camino Aragonés por el puerto del Palo: "Todo indica que el origen de este camino fue el tránsito del ganado para el aprovechamiento de los pastos del fondo del valle y el trajín de arrieros y de mulateros que por diversos motivos preferían eludir el camino principal del Somport. Su trazado y su técnica en general no superan la que pudiera aplicar un pastor, aunque algunos historiadores han imputado esta obra a los excelentes ingenieros romanos".

El libro V del Codex Calixtinus, obra del siglo XII y atribuida a Aymeric Picaud es considerada la primera guía de peregrinos de la historia. En ella ya aparece como trillado el itinerario por Somport: "Cuatro son los itinerarios que conducen hacia Santiago y que en Puente la Reina, en tierras españolas, confluyen en uno solo. El primero pasa por Saint-Gilles, Montpellier, Tolosa y Somport...". La guía se refiere a la Vía Tolosana, utilizada sobre todo por peregrinos italianos y de la Provenza que confluían en Arlés y avanzaban rumbo oeste a Montpellier y Toulouse para ir virando al suroeste, llegar hasta Oloron Saint Marie y Borce y ascender Somport desde el valle de Aspe Francés. La guía también menciona que "Desde el Somport a Puente la Reina hay tres cortas etapas. La primera va de Borce, una villa situada al pie del Somport en la vertiente de Gascuña, hasta Jaca. La segunda va de Jaca a Monreal. La tercera de Monreal a Puente la Reina". Una distancia excesiva para un peregrino que marchara a pie e incluso para alguien que viajase en caballo ya que una persona con un estado físico normal tarda hoy seis días en cubrir este trayecto.

El Camino Aragonés en la actualidad

Desde Somport hasta Puente la Reina, el Camino de Santiago Aragonés recorre un total de 164,3 kilómetros en seis etapas, lo que hace una media alta de 27,4 kilómetros por jornada. En comparación, el Camino Francés, desde Saint Jean Pied de Port hasta la misma localidad navarra solventa su itinerario con 91,6 kilómetros (72,7 menos que el Aragonés) y en tan sólo cuatro días.

El Camino discurre por las provincias de Huesca, Zaragoza y Navarra. Desde Somport hasta Artieda transita por la comarca de la Jacetania, región vertebrada por el río Aragón y que engloba los altos valles del Pirineo, las sierras de Oroel y San Juan de la Peña y la depresión orográfica de la Canal de Berdún, donde alternan especies más mediterráneas con los campos de cereal. Tras Artieda, el itinerario penetra en la comarca zaragozana de las Cinco Villas, donde se encuentran Ruesta y Undués de Lerda. Posteriormente pasa a la Navarra Media oriental, se despide del río Aragón en Sangüesa y continúa por las despobladas sierras de Aibar e Izco para bajar hasta el valle de Ibargoiti. Una última jornada por el valle de Elorz y la quebrada sierra de Alaiz entre robles y quejigos da paso a Valdizarbe, valle mediterráneo dibujado por los cultivos de cereal, hortalizas y vides.

Información sobre las 6 etapas del Camino Aragonés

Etapa nº1- Somport - Jaca 30,5 Km
Etapa nº2- Jaca - Arrés 25 Km
Etapa nº3- Arrés - Ruesta 28,7 Km
Etapa nº4- Ruesta - Sangüesa 21,8 Km
Etapa nº5- Sangüesa - Monreal 27,25 Km
Etapa nº6- Monreal - Puente la Reina-Gares 31,1 Km

Etapa 8: Logroño - Nájera

El parque de San Miguel y el entorno natural del embalse de la Grajera sellan la estancia en Logroño y abren las puertas al suave paisaje riojano, empapado de vid y árboles frutales. Navarrete, de tradición alfarera, y más adelante Ventosa y el alto de San Antón ceden el testigo al valle del río Najerilla. Aquí se asienta Nájera, plaza codiciada durante la reconquista y dominada por los cerros del Castillo y Malpica.






Como pez fuera del agua, así se siente el peregrino en las grandes urbes del Camino. La capital riojana no es, ni mucho menos, de las peores. La calle Ruavieja enlaza con Barriocepo y ésta nos dirige a la plaza de Santiago, donde se alza la iglesia homónima (aquí sellan y facilitan la credencial) que luce en su fachada una talla de Santiago Matamoros. Más adelante, pasando bajo el arco conocido como Puerta del Camino, llegamos hasta la fuente circular donde nace la calle Marqués de Murrieta. Más de un kilómetro de acera, comercios y peatones estresados nos llevan hasta las vías del tren y trescientos metros más adelante, junto a un concesionario de Nissan, giramos a la izquierda para continuar hasta el parque de San Miguel. Escenario del botellón de los fines de semana, de día ofrece una cara más amable y menos ruidosa. Entre jardines llegamos hasta el túnel de la circunvalación e inmediatamente al paseo - llamado aquí vía verde - que conduce al parque de la Grajera (Km 3,5).

Un tramo del paseo se encuentra flanqueado por cipreses y recuerda a las imágenes de la Vía Appia, famosa calzada que partía desde el mismísimo foro de la antigua Roma. Pasado un área de juegos infantiles y un área deportiva se encuentra el dique del embalse de la Grajera, construido en 1883 sobre una laguna con el fin de acumular el agua del río Iregua y regar las huertas situadas al sur de Logroño. Hoy es un entorno recreativo envidiable donde pescar, pasear, merendar o, simplemente, descansar (Km 5,8). Tras la presa se llega en breve al aula didáctica medioambiental y se traspasan los límites del parque por una pista asfaltada que avanza entre suaves lomas pobladas de vid. Dejando a un lado el desvío al campo de golf (Km 8) iniciamos un exigente repecho que nos obsequia con unas magníficas vistas: en primer plano las vides, una masa arbórea rodeando al embalse en segundo término y al fondo Logroño. Con este placer visual alcanzamos el alto (Km 9,2) y descendemos hacia Navarrete junto a una valla metálica cosida por las cruces que van dejando los peregrinos. La silueta de un toro de Osborne también nos acompaña en la bajada y, ya en el llano, cruzamos finalmente sobre la AP-68 para llegar a las ruinas del hospital de peregrinos de San Juan de Acre, fundado hacia 1185 por Doña María Ramírez. Una recta nos separa de Navarrete, pueblo de alfareros emplazado sobre el cerro Tedeón. La calle La Cruz rodea el casco urbano y sube hasta la iglesia de la Asunción. Navarrete dispone de suficientes establecimientos donde saciar el apetito, que ya aflora tras tres horas de marcha (Km 12,7).

Junto a la iglesia reiniciamos la maquinaria por la calle Mayor Alta y la plaza del Arco para girar a mano izquierda por la calle Arrabal y proseguir de frente por la calle San Roque. Pasado el cementerio, que luce la portada y los ventanales del hospital de San Juan de Acre, tomamos un camino que se arrima a las vides, los olivares y los árboles frutales que pueblan las huertas privadas. El camino muere junto a la Cooperativa Vitivinícola de Sotés (Km 16,1), donde cruzamos la carretera que se dirige a Sotés para tomar una pista asfaltada que llega al borde de la autovía. Paralelos a la A-12 avanzamos hasta el desvío que lleva a Ventosa (Km 18,1). Aquí tenemos la posibilidad de dirigirnos hacia esta localidad- con albergue y varios bares - o continuar rectos. Escogemos la visita a Ventosa y recorremos el kilómetro y trescientos metros de pista arcillosa que nos separa de ella (Km 19,4).

Llegamos así a la LR-341 y el Camino continúa por su arcén sin acceder, paradójicamente, al casco urbano de Ventosa, sobre el que sobresale la iglesia de San Saturnino. En breve, junto a la bodega Vallformosa, un camino pedregoso nos guía hacia el alto de San Antón en corta y fácil subida (Km 21,2). Desde esta atalaya la vista se despeja y nos muestra el valle del Najerilla, terreno arcilloso cubierto, como no, de sarmientos retorcidos dispuestos en terrazas separadas de monte bajo. La panorámica también descubre Nájera, aparentemente cercana pero realmente distante. Bajamos hasta el paso que salva la N-120 y continuamos hacia un repetidor de telefonía, situado en el Poyo de Roldán, enclave donde tuvo lugar el legendario combate entre Roldán y el gigante Ferragut. También nos sale al paso un guardaviñas, construcción circular que servía de refugio a los agricultores y utilizado por los guardas de campo para custodiar las cosechas (Km 25).

Nájera sigue sin presentarse y tras una fábrica de áridos cruzamos el río Yalde por un pequeño puente de madera y hormigón (Km 26). Nos alejamos de su cauce y tras kilómetro y medio finalmente, ahora sí, cruzamos la N-120 (mucha precaución) para entrar en Nájera. Sin embargo aún nos quedan dos kilómetros de travesía urbana. Pasamos junto al polideportivo y continuamos por las avenidas de Logroño y San Fernando hasta el puente sobre el río Najerilla. Tras cruzarlo hay que torcer a la izquierda y avanzar por el paseo paralelo al río hasta el albergue (Km 29,6).

Etapa 31: Pedrouzo - Santiago de Compostela

El caminar se torna sereno, quizás por miedo a terminar y no saber o no querer qué hacer después. Sobre pistas de hojarasca, entre las últimas manchas de eucaliptos y robles, llegan las últimas aldeas de O Pino. El municipio de Santiago aguarda en un alto, junto al aeropuerto, y conduce al peregrino por la parroquia de Sabugueira. Desde la atalaya del Monte do Gozo se obtiene la primera panorámica de Santiago de Compostela y da comienzo un recorrido urbano que concluye a los pies de la fachada barroca de la catedral. El Obradoiro es el fin y el comienzo.




Veinte kilómetros tan sólo frente a los 755,3 ya recorridos desde nuestro primer día al otro lado de los Pirineos. Lejos, muy lejos, aunque sólo hayan pasado varias semanas, quedan ya los bosques navarros, las cepas riojanas, la vasta meseta castellana e incluso los montes de León y el mítico O Cebreiro, que franqueamos hace siete jornadas. Santiago, la plaza del Obradoiro y la catedral, ante la que nos emocionaremos, seguro, se encuentran aquí al lado. Tomando como referencia el albergue público recorremos el pueblo a la vera de la nacional y giramos a la derecha por la rúa do Concello, donde se encuentra el Ayuntamiento. Avanzamos de frente durante medio kilómetro y al llegar junto al colegio y las pistas deportivas giramos noventa grados a la izquierda. Por una pista de tierra cubierta de hojarasca nos internamos entre un bosque de eucaliptos, que abandonamos para entrar en San Antón, aldea de la parroquia de Arca. El lugar toma el nombre de una capilla asolada por un incendio (Km 1,3). Otro bosque nos aguarda a la salida de San Antón. Carballos autóctonos y eucaliptos reforestados, a granel, nos acompañan ahora hasta el núcleo de Amenal, de la parroquia de San Miguel de Pereira. Accedemos por pista asfaltada y pasando el río Brandelos cruzamos la N-547 por un paso bajo (Km 3,7), al que le sigue un fuerte repecho que sube a Cimadevila, último núcleo del Concello de O Pino (Km 4).

La subida continúa durante más de kilómetro y medio pero se torna mucho más asequible. Alcanzada la cota nos dirigimos al pie de la A-54 y la N-634. Ya no nos extrañamos al ver la valla de separación repleta de pequeñas cruces. Forma parte de la idiosincrasia de la peregrinación. Un monolito esculpido con el bordón, la calabaza y la vieira anuncia la entrada en el municipio de Santiago (Km 6,3). Rodeamos el perímetro del aeropuerto, dejando a mano izquierda varias hileras de balizas (Km 6,7), y después de cruzar una carretera secundaria entramos en San Paio, aldea de la parroquia de Sabugueira (Km 7,7). Rodeamos Casa Quian, afrontamos un breve repecho por pista asfaltada y tomamos la pista de la derecha, que desciende. Tras salvar la variante por debajo seguimos descendiendo por varios núcleos de la parroquia de Sabugueira: A Esquipa y Lavacolla (Km 9,5). Tras una curva cerrada pasamos junto a la parroquial de San Pelayo, que luce inscrito el año de su construcción: 1840. Seguidamente cruzamos la N-634a y cogemos el desvío a Villamaior. En apenas cien metros cruzamos el río Sionlla, cubierto de ovas y conocido como arroyo de Lavacolla, lugar donde los peregrinos se despojaban de sus sucias vestimentas y se lavaban en vistas de su próxima llegada a Santiago (Km 10).

Por pista asfaltada iniciamos una cómoda subida que finalizará en el esperado Monte do Gozo. Atravesamos primero Villamaior (Km 11), pasamos junto al centro de la TVG (Km 12,7) y giramos 90 grados a la izquierda para hacer lo propio junto al centro territorial de RTVE (Km 13,5). Giramos noventa grados a la derecha y continuamos hasta la urbanización San Marcos (Km 14,8), antesala del Monte do Gozo. En lugar de seguir de frente nos desviamos a la izquierda para subir al monumento erigido en el año jacobeo de 1993, el mismo año que se inauguró el cercano albergue de peregrinos, el más grande de todo el Camino que es capaz de albergar hasta 300 personas un año normal y hasta 800 un Xacobeo. Desde este punto obtenemos la primera panorámica de Santiago y su catedral (Km 15,2).

Retomamos el Camino, dejando a un lado el acceso a la cafetería y los comedores, y bajamos hasta un tramo de escaleras. Acto seguido salvamos por un puente la autovía y las vías y progresamos de frente por la prolongada rúa San Lázaro (Km 16,7), donde se encuentran el Palacio de Congresos y Exposiciones de Galicia y el albergue de peregrinos San Lázaro, que permite dormir más de una noche. Enlazamos con la rúa do Valiño (Km 17,7) y continuamos de frente por la rúa das Fontiñas y rúa dos Concheiros, donde cruzamos la avenida de Lugo. Después la rúa de San Pedro (Km 19), que finaliza en el cruce con semáforos de la rúa de Aller Ulloa. Por el lugar donde se encontraba la Porta do Camiño entramos en el casco histórico por la rúa das Casas Reais, que sube hasta la praza de Cervantes. Una recta por la rúa da Acibechería nos traslada a la praza da Inmaculada, donde se localiza el monasterio de San Martín Pinario. Finalmente entramos bajo el Arco del Palacio por un pasadizo, donde se reúnen a tocar los músicos callejeros, para acceder a la Plaza del Obradoiro, donde la aventura termina. Mientras nos quitamos la mochila vamos descubriendo cada detalle de la fachada occidental y nos encaminamos al centro mismo de la plaza. Es difícil no emocionarse. Llegar a Santiago de Compostela como peregrino es una experiencia inigualable y creo que por muchos viajes que hayamos realizado alrededor del mundo pocos son comparables a este (Km 20).

Etapa 30: Arzúa - Pedrouzo

Entre Arzúa y la catedral de Santiago median casi 40 kilómetros y lo más lógico y prudente es dividir el tramo en dos jornadas haciendo parada y fonda en Santa Irene u O Pedrouzo. El Concello de Arzúa cede el testigo al de O Pino en un trayecto cómodo, con pendientes más fáciles y por pistas siempre cercanas a la N-547.




Desde la rúa Cima do Lugar, donde está situado el albergue público, partimos de frente hacia la empedrada rúa do Carmen. Sus soportales y fachadas revestidas de madera despiden nuestro paso por Arzúa. Por un entorno más rural bajamos hasta la fuente os Franceses, cruzamos el río Vello y llegamos de seguido a As Barrosas y su capilla de San Lázaro (Mojón 36 y Km 0,9). Bajamos hasta el río Brandeso, afluente a su vez del Iso (Km 1,8), y subimos hasta Preguntoño, aldea de la parroquia de Burres con su ermita de San Paio del siglo XVIII (Km 2,2). A la salida evitamos cruzar la N-547 gracias a un túnel y afrontamos un repecho, entre prados, cultivos de maíz y con vistas a Arzúa, hasta el lugar de A Peroxa, también de la parroquia de Burres (Km 3,3). Los eucaliptos pueblan, cada vez más, el paisaje gallego y los prados particulares, necesarios para la supervivencia del ganado y del mundo rural, se suceden uno tras otro con sus coladas familiares secándose al sol. Viajamos por pistas revestidas de hojarasca y propensas a ensuciarse a poco que llueva. Bajamos hasta el riachuelo Ladrón (Km 3,9) para alcanzar posteriormente Taberna Vella (Mojón 32 y Km 5,2).

Seiscientos metros después entramos en Calzada, de la parroquia de Burres y último núcleo habitado del Concello de Arzúa (Km 5,8). Dejamos la población cruzando una carretera de enlace y continuamos para entrar en el Concello de O Pino el último antes de Santiago. La primera población es Calle, aldea de San Breixo de Ferreiros, donde pasamos bajo un hórreo (Km 7,8). Abandonamos el núcleo tras cruzar el arroyo Langüello y seguimos por una red de pistas y caminos hasta Boavista (Km 9,3) y Salceda (Km 11,1), al pie de la N-547. Nos desmarcamos unos metros de la nacional por la derecha, pasando junto al recuerdo al peregrino Guillermo Watt, fallecido en el Camino. Regresamos más arriba al pie de la carretera y la cruzamos junto a un concesionario de maquinaria agrícola para llegar hasta Oxén, lugar de la parroquia de San Miguel de Cerceda (Km 12,5). El camino, a la izquierda de la Nacional, conduce ahora a la inmediata Ras (Km 13,1), de la misma parroquia, donde salvamos la N-547 por debajo. En este punto también pueden enlazar los peregrinos que vengan del Camino del Norte y hayan tomado la variante de O Pino. Al otro lado se encuentra ya A Brea (Mojón 23,5 y Km 13,6) y la cercana A Rabiña (Mojón 23 y Km 14).

En paralelo a la Nacional y tras cruzarla otra vez superamos con facilidad la subida a O Empalme, de la parroquia de San Lourenzo de Pastor (Km 15,3). En medio del trayecto hay un merendero con fuente y un molino de viento que recuerda al de las granjas americanas. En el alto cruzamos la carretera para entrar en la población y tomamos, a la izquierda, una pista que desciende bajo los eucaliptos. Más abajo, por un túnel bajo la N-547, tenemos la opción de pasar para visitar la ermita de Santa Irene y su fuente barroca o ir al albergue privado. Si seguimos de frente llegamos al albergue de la Xunta (Km 16,3). Gracias a una densa fronda de eucaliptos nos aislamos del ruido de la carretera, pasamos junto al Mojón 20, y evitamos de nuevo la carretera por un túnel. Un par de casas y un aserradero y más eucaliptos conducen hasta A Rúa de la parroquia de Arca (Km 17,9). Por pista asfaltada llegamos al borde de la N-547 y subimos junto a ella hasta O Pedrouzo, también de Arca y con todos los servicios (Km 19,1).

Etapa 29: Palas de Rei - Arzúa

Además de ser la etapa más larga de Galicia luce un perfil quebrado, de los conocidos vulgarmente como rompepiernas, que la convierte en un verdadero reto. El itinerario traspasa los límites de Lugo para entrar en A Coruña por la aldea de O Coto; visita Leboreiro y la pulpera Melide, donde enlaza el Camino Primitivo, y continúa por un sinfín de toboganes y escenarios mágicos como el del río Catasol hasta Ribadixo da Baixo y Arzúa, donde a su vez conecta el Camino del Norte.





Cruzamos la carretera junto a la Casa del Concello de Palas de Rei y bajamos por la travesía del Peregrino para atravesar de nuevo la carretera y continuar descendiendo por la empedrada rúa do Apostolo. Por tercera vez salvamos la carretera y seguimos de frente por la rúa Río Roxán, donde hay una escultura de unos peregrinos bailando firmada por J. Novo. Salimos a la avenida de Compostela, coincidente con la N-547, y tras quinientos metros (pasado el punto kilométrico 35 de la nacional) torcemos a la derecha para cruzar el río Roxán. El mojón 64 nos anuncia la llegada a la parroquia de San Sebastián de Carballal. Bajo una fronda subimos hasta un par de aldeas de esta parroquia y bajamos para cruzar la N-547 (Km 2,1).

El mojón 63,5 nos introduce en una senda rodeada de eucaliptos y robles, muy propensa a embarrarse, que llega hasta el lugar de Lacua (Mojón 63). Una buena hilera de losas de piedra impide enfangarse en la balsa de agua. Proseguimos hasta San Xulián do Camiño, anunciado por el mojón 62,5. A la vera del Camino se encuentra la iglesia románica de finales del XII, que exhibe en primer término el ábside (Km 3,4). Por pista asfaltada pasamos el lugar de Pallota (Mojón 62) y descendemos sin cuartel por una preciosa corredoira hasta el río Pambre para llegar a Ponte Campaña, perteneciente a la parroquia de Mato (Km 4,5). A continuación sobreviene un tramo espectacular. Cual bosque de Fangorn, abrazados por roca y ramas retorcidas, progresamos hasta Casanova, también de la parroquia de Mato (Km 5,7). Dejamos a un lado el albergue público y más adelante el desvío hacia uno privado. Continuamos por la pista asfaltada y la dejamos por la izquierda para tomar un camino. Gran parte del año lo podemos encontrar embarrado y en ocasiones fluyen arroyos por él. Bajamos hasta cruzar el rego do Vilar, en Porto de Bois (Km 7,2). Acto seguido, en cuesta, avanzamos hasta Campanilla, pequeña aldea de la parroquia de Mato y última población lucense en el Camino (Km 8).

Por una carretera secundaria decimos adiós a los 96,7 kilómetros recorridos en la provincia de Lugo, y nos presentamos en O Coto, primera aldea coruñesa perteneciente a la parroquia de Leboreiro, ya en el Concello de Melide (Km 8,5). A la salida de O Coto dejamos el asfalto por la izquierda para bajar a Leboreiro, definido en la antigüedad como Campus Leporarius o campo de las liebres (Km 9,2). Aquí veremos un cabeceiro: un canasto gigantesco que, como los hórreos, se utilizaba para conservar el maíz. Detrás se encuentra la interesante iglesia de Santa María, románica de transición. Abandonamos Leboreiro y cruzamos el río Seco por un puente medieval (Km 9,5). El mojón 56 da paso a Disicabo y a continuación sobreviene un tedioso tramo junto a la N-547 y el Parque empresarial de Melide, también llamado de la Magdalena (Km 11). Un kilómetro después cambia el panorama y bajamos hasta la orilla del río Furelos por un entorno más digno. Cruzamos este afluente del Ulla por el puente medieval (Km 13) y accedemos a la parroquia de San Xoán de Furelos. Es la antesala de Melide, la capital del Concello. Llegamos a la avenida de Lugo, pasamos junto a la capilla de San Roque y su crucero del siglo XIV. Hacia el albergue público y para atajar podemos continuar por la rúa San Pedro pero el itinerario también está señalizado por la rúa do Convento hasta la plaza do Convento (Km 14,8). Aquí se dan cita el antiguo hospital de peregrinos, que alberga hoy el Museo da Terra de Melide; el Convento del Sancti Spiritus y su iglesia; el edificio del Ayuntamiento del siglo XVIII y la capilla de San Antonio, junto a la que dejamos la plaza para tomar la rúa San Antonio. Tras bordear el albergue público abandonamos Melide por la rúa Principal.

Con vistas al valle bajamos hasta la N-547, que cruzamos para coger de frente la CP-4603 en dirección San Martiño. A la altura de un restaurante - parrillada giramos a la derecha para visitar la iglesia de Santa María de Melide, parroquia del mismo nombre (Km 15,6). El templo es románico de finales del XII, tiene una sola nave y ábside semicircular y alberga la única reja románica de Galicia. Tras pasar las casas de Carballal nos vemos rodeados entre eucaliptos, especies de hoja caduca y prados hasta el paso empedrado del río Catasol, afluente del Furelos. (Km 17,2). Paisaje de postal que nos brinda el Camino. Por un bello entorno nos dirigimos a Raido, al pie de la N-547. Abandonamos su compañía rápidamente para continuar hasta Parabispo, ya del Concello de Arzúa (Km 18,7). Bajo un bosque de eucaliptos salvamos el arroyo de Valverde, pasamos Peroxa- donde se encuentra el mojón 45,5 - y entramos en la parroquia de Boente, partida en dos por la N-547 (Km 20,5). Tras la iglesia de Santiago giramos a mano derecha y bajamos por una pista hasta el río Boente y el lugar de Punta Brea, salvando antes por un túnel la N-547. Tras rodear unos prados afrontamos una dura cuesta que sube al pie de la N-547, y junto a ella alcanzamos varios lugares de las parroquias de Figueiroa y Castañeda. En este lugar se encontraban los hornos de cal donde los peregrinos depositaban la piedra que traían desde Triacastela (Km 22,7).

Bajamos por pista asfaltada hasta el arroyo Ribeiral, localizado entre Pedrido y Río (Km 23,3). Ahora toca remontar y continuamos de frente, dejando a la izquierda el desvío a Doroña. Después, casi siempre por pistas vecinales asfaltadas, bajaremos durante dos kilómetros hasta el río Iso, que da acceso a Ribadiso da Baixo, aldea de la parroquia de Rendal (Km 25,8). Al otro lado del puente medieval se encuentra el hospital de peregrinos de San Antón, actualmente restaurado como albergue público. Dando un rodeo, a nuestro parecer absurdo, subimos hasta la N-547 para llegar, por un interminable paseo por la avenida de Lugo, hasta las primeras casas de Arzúa. En la misma entrada hay varios albergues privados situados uno tras otro. Tras otro trecho dejamos la avenida para coger la rúa Cima do Lugar, donde se encuentra el público (Km 28,8).

Etapa 28: Portomarín - Palas de Rei

La etapa está fraccionada por la sierra de Ligonde, que a su vez divide las cuencas de los ríos Miño y Ulloa y los Concellos de Portomarín y Monterroso. Aunque el comienzo es prometedor y obsequia con un apacible ascenso por el monte San Antonio, el resto se embriaga junto a carreteras modestas, provinciales e incluso nacionales. Sin embargo amenizan el viaje buenos ejemplos de iglesias románicas, incluida la posibilidad de desviarse hasta Vilar de Donas para visitar la de San Salvador, antiguos hospitales de peregrinos y el valioso crucero de Lameiros



Retrocedemos desde el albergue público hasta la cercana iglesia de San Nicolás y seguimos de frente para salir por la avenida de Chantada, que desemboca en la misma carretera. Desde este punto bajamos hasta una pasarela metálica que salva el Rego das Torres, que se junta aquí con el Miño. La cruzamos y giramos a mano derecha junto a unas casas. Superadas éstas, el mojón 89 nos guía por un camino que nace a la izquierda (Km 1) y que sube por la falda del monte San Antonio. Ascendemos aproximadamente un kilómetro y comenzamos a llanear entre pinos y prados. El camino baja hasta el arcén de la LU-633 y pasado el cruce a San Mamede y Velade tomamos un andadero pegado a la carretera. Unos cientos de metros más adelante, a la altura de una fábrica de ladrillos (Km 3), cruzamos la carretera y continuamos por un andadero similar que avanza por la derecha. A la altura de unas naves de fertilizantes y abonos cruzamos de nuevo la LU-633 y progresamos por la izquierda. Cuatrocientos cincuenta metros después llegamos a Toxibo (Mojón 85,5). Una casa y, más adelante un elegante hórreo en piedra y madera, decorado con un rosetón y rematado con pináculo y cruz, es toda la visita (Km 4,8).

Aunque aún caminamos muy cercanos a la carretera, varias manchas de pinos nos aíslan de ella durante un pequeño tramo. De nuevo junto a la asfalto pasamos un merendero (Km 7,3) y tiramos hasta la cercana parroquia de Gonzar (Km 8). La iglesia de Santa María y el núcleo poblacional quedan a la izquierda. Pasamos junto al bar y el albergue público y en breve giramos a la izquierda para tomar una pista que sube a Castromaior, también parroquia del Concello de Portomarín con iglesia románica de finales del XII y un cercano castro prerromano de grandes dimensiones (Km 9,3). Desde Castromaior afrontamos una exigente subida de 700 metros hasta otro andadero paralelo a la LU-633 (Km 10). Aún cruzamos otro par de veces la carretera hasta llegar a Hospital da Cruz, aldea de la parroquia de San Mamede de O Río, también de Portomarín. (Mojón 78,5 y Km 11,8).

Cruzamos con precaución la N-540 y tomamos la C-535 en dirección Ventas. Se trata de una modesta carretera provista de un arcén compacto por el que transitaremos durante los próximos 10 kilómetros hasta el enlace de la N-547 en A Brea. La siguiente población que visitamos es Ventas de Narón (Km 13,3). A la salida hay una pequeña capilla rehabilitada en el 2004. A medio kilómetro, en suave ascenso por el arcén, llegamos hasta el mojón 76,5, que anuncia la Sierra de Ligonde (Km 13,8). Los 756 metros de altitud deben hacer referencia a otro punto más elevado porque nos encontramos a 722. La sierra de Ligonde divide las cuencas de los ríos Miño y Ulla.

Ahora disfrutamos de un buen tramo en descenso. Kilómetro y medio más adelante dejamos a un lado la aldea de Previsa, la primera del Concello de Monterroso (Km 15,3) y medio kilómetro más abajo, a mano derecha, se encuentra Os Lameiros, con el pazo y la capilla de San Marcos. A doscientos metros, junto al Camino, se alza el célebre crucero de Lameiros. Es de doble cara y fue colocado en 1670. En un lado está representada la imagen de Cristo y en la otra la Virgen de los Dolores. En la base podemos distinguir unas tenazas, una corona de espinas y una calavera, referentes al calvario de Jesús (Km 16).

De inmediato llegamos a Ligonde (Km 16,5), pasando junto a la cruz que señala el lugar de un antiguo cementerio de peregrinos. También junto a la Casa de Carneiro, que tuvo como huéspedes ilustres a Carlos V, en marzo de 1520 cuando viajaba para ser coronado emperador, y a Felipe II, en mayo de 1554 de camino a La Coruña para casarse con María Tudor A la salida de Ligonde, a la vera del albergue municipal, cogemos una senda que baja pegada a un muro hasta el puente sobre el río de Airexe (Km 17). Remontamos el tobogán hasta Airexe (Km 17,4). A mano izquierda, algo apartada, se encuentra la iglesia de Santiago, de factura neoclásica y con la portada románica de su predecesora. Avanzamos por el arcén y seguimos de frente tras cruzar la carretera LU-3301 (Km 18,5). Después alcanzamos la aldea de Portos (Mojón 71 y Km 19,4), ya del Concello de Palas de Rei (en breve el desvío a Vilar de Donas) y la parroquia de Santiago de Lestedo (Mojón 70,5 y Km 20). Subimos hasta la aldea de Os Valos (Km 20,9) para bajar a A Mamurria (Km 21,5). Posteriormente vienen A Brea (Km 22), donde dejamos la pista asfaltada - carretera para transitar en paralelo a la N-547. Junto a ésta se sitúan primero Avenostre (Km 22,4) y después O Rosario, lugar donde los peregrinos rezaban un rosario ante la vista del Monte Sacro, donde los discípulos del Apóstol Santiago domaron a los toros bravos que trasladaron el cuerpo del santo (Km 23,4).

Medio kilómetro más adelante llegamos al área recreativa Os Chacotes, donde está el albergue público del mismo nombre (Km 23,9). Unos metros más y llegamos a Palas de Rei. Entramos por la rúa do Cruceiro, visitamos la iglesia de San Tirso y bajamos la escalinata hasta el mismo centro del Concello, donde se encuentran los demás albergues (Km 25).

Etapa 27: Sarria - Portomarín

La vigésimo séptima jornada es para una buena parte de los caminantes la primera, ya que Sarria se encuentra muy cerca de los míticos y últimos 100 kilómetros, la distancia mínima que hay que recorrer a pie para ganar la Compostela. La etapa no defrauda en absoluto ni al primerizo ni al curtido peregrino. Ofrece incontables aldeas de los Concellos de Sarria, Paradela y Portomarín, buenos ejemplos del románico, pistas vecinales asfaltadas, sendas y corredores rurales, puentes medievales y pasarelas rústicas y hasta una moderna área de descanso repleta de máquinas de vending.




Para un buen porcentaje de caminantes, la rúa Maior de Sarria es el kilómetro 0 de su peregrinación a Compostela. A primeras horas del día y, sobre todo, en los meses estivales, la calle daría para realizar una estadística más que fiable sobre las edades, razas, nacionalidades, vestimenta y equipo de los viajeros. El tramo inicial de 2,9 kilómetros entre Sarria y As Paredes ofrece un excelente comienzo de etapa. Tras la Rúa Maior, pasando junto al edificio de la Prisión Preventiva, llegamos al mirador sobre Sarria, adornado con un crucero. Unos trescientos metros después del mirador, el Camino se junta con el Convento de la Magdalena, principalmente de fábrica gótica y renacentista y regentado por los Padres Mercedarios. La etapa desciende junto al muro del cementerio hasta el río Pequeño, afluente del Sarria. El medieval Ponte Áspera permite cruzarlo (Km 1,2). Junto a pequeños prados y huertas particulares pasamos bajo un viaducto para cruzar las vías. Tras ellas salvamos un arroyo gracias a una pasarela de madera (2,2). El curso de agua da paso a un duro repecho por camino - envuelto por soberbios castaños - que sube hasta el lugar de As Paredes (Mojón 109), donde se asienta un castro prerromano del mismo nombre. La aldea aparece después y, se supone, son unas casas a la vera del Camino (Km 2,9). Desde aquí, por pista vecinal, nos acercamos hasta Vilei donde nos recibe una escultura en recuerdo a Don Germán Arias. De inmediato, a mano izquierda, vemos el área de descanso Km 108 de Vilei, repleta de todo tipo de máquinas de vending: café, refrescos, snacks, pilas…y un sello para adornar aún más la credencial (Km 3,7).

De nuevo por pista asfaltada progresamos hasta la parroquia de Barbadelo, un panel informativo hace recaer nuestra atención en la románica iglesia de Santiago, a varios metros del Camino. Rodeada por el camposanto, merecen su atención las portadas y los capiteles. Dejamos el albergue de peregrinos de Barbadelo a mano derecha (Km 4,5) y continuamos otra vez por pista vecinal asfaltada hasta las aldeas de Rente (Km 5,3) y Mercado da Serra (Km 6), con taberna y situada en el cruce de la LU-5709. Al cruzar no se continúa por la carretera sino que se toma un corredor arbolado que surge de frente (Km 6). A los cinco minutos pasamos junto a una fuente decorada con Pelegrín, la mascota del Xacobeo 93 (Km 6,6). Setecientos metros más adelante llegamos junto a las puertas del Molino de Marzán (Km 7,3), del año 1920, para torcer noventa grados a la derecha y agradecer un paso construido por losas de piedra que evita que metamos el pie en la balsa de agua. Pronto cruzamos la LU-633 para pasar Leiman (Km 8,2), con mesón junto al Camino, y después Peruscallo, con presencia de algunos hórreos y donde comprar frambuesas o bordones (Km 9,2 y Mojón 103). Decimos, de momento, adiós al asfalto para avanzar por camino bajo castaños y carballos hacia Cortiñas (Km 10 y Mojón 102) y Lavandeira (Mojón 101,5). Entre bajos muros de piedra y castaños alcanzamos Brea (Km 11,5 y Mojón 100,5) para llegar, primero al falso mojón de los 100 y unos metros más adelante al verdadero, coronado de piedras y bañado en graffiti. Bastaría comenzar a pie en este punto para obtener la Compostela pero la peregrinación es mucho más que un certificado firmado. Unos metros más adelante se encuentra Morgade (Km 12), con bar y albergue al pie de la pista asfaltada.

Cerca de la salida, un cartel nos da la bienvenida al Concello de Paradela, que toma el relevo del de Sarria. Alcanzamos Ferreiros, primera parroquia de Paradela, en cuesta, (Km 13,1 y Mojón 98,5) y bajamos por pista asfaltada hasta el inmediato Mirallos (Km 13,6 y Mojón 98). A mano izquierda se encuentra la iglesia románica de Santa María que se bajó piedra a piedra desde Ferreiros en 1790. El Camino se dirige por asfalto desde Mirallos a A Pena y posteriormente a Couto (Km 14,7) y Rozas (Km 15 y Mojón 97). No será extraño toparse con alguna familia guiando el ganado de un lugar a otro. Dejando atrás el lugar de Rozas sobreviene el mojón 96,5. Supone también dejar, al menos durante un tramo, la pista asfaltada para tomar una senda en ligera cuesta al abrigo de los robles y pinos. En el primer cruce que se presenta seguimos por la izquierda. El mojón 95,5 anuncia la cercanía de Moimentos, aldea a la que llegamos, tras dejar antes a mano izquierda una cruz de madera enrollada con alambre de espino y cruzar la carretera LU-4203 (Km 16,4). En unos minutos pasamos Mercadoiro (Km 16,8), con bar y albergue y el itinerario visita Moutrás (Km 17,1), y tras una cuesta y pistas asfaltadas descendemos hasta Parrocha (Km 18,7) y Vilachá, última aldea del Camino perteneciente a Paradela (Km 20). Un brusco descenso nos acerca hasta el río Miño, embalsado por Belesar (Mojón 90). El puente, de más de 350 metros de longitud, nos acerca hasta el Portomarín de fachadas blancas y tejados grises. La entrada al pueblo se hace por uno de los arcos del viejo puente romano - medieval, reconstruido para asentar una escalinata y colocar una pequeña capilla. Subimos por ella y pasando el Centro Virtual de Información al Peregrino nos dirigimos hasta el centro del pueblo. En el albergue público, aunque la distancia recorrida hoy pueda parecer infinitamente mayor, solventamos los 22,4 kilómetros de la etapa.

Etapa 26: Triacastela - Sarria

Desde Triacastela existen dos itinerarios para llegar hasta Sarria: el meridional, más largo, visita el célebre monasterio benedictino de Samos y progresa por las frondosas riberas del río Oribio; el otro avanza más al norte por San Xil y se interna también por bonitos parajes poblados de robles y castaños.




Los que hayan pernoctado en el albergue público deben atravesar Triacastela por la calle central hasta la salida de la población. El Camino se bifurca desde aquí a Sarria y hay que escoger uno de los itinerarios. A mano izquierda, por la LU-633, progresa el trazado hasta Samos y su monasterio benedictino y de allí continúa hasta Sarria. A mano derecha parte el itinerario por San Xil, 6,5 kilómetros más corto aunque supera un desnivel de 238 metros los primeros 5,5 kilómetros.

Por San Xil:
A la salida de Triacastela giramos a mano derecha y cruzamos la LU-633. A la derecha, ligeramente arriba, nace el desvío a San Xil. Lo tomamos y, tras un corto tramo, abandonamos la carretera por la derecha para seguir por una pista asfaltada. Posteriormente cogemos un camino que conduce hasta A Balsa (Km 2,2). Por cuesta más pronunciada continuamos rodeados de frondosos robles hasta desembocar de nuevo en la carretera, justo a la altura de la Fonte dos Lameiros (Km 3,3).
Un buen repecho por asfalto nos deja a la altura de San Xil. La población queda a mano izquierda y una máquina de refrescos al pie de la carretera es todo lo que se oferta por estos parajes (Km 3,9). El itinerario continúa su ascenso por la carretera, al principio en falso llano para endurecerse después, hasta las inmediaciones del alto de Riocabo (Km 5,5). En el alto dejamos la carretera para disfrutar el tramo más bonito de la etapa. Pasillos cerrados de castaños, robles, y abedules nos escoltan. La bajada a Montán - una aldea que apenas se roza - es peligrosa ya que el piso está formado por lajas de piedra (Km 7,8). Continuamos el descenso hasta la aldea de Fontearcuda, donde el mojón jacobeo nos anuncia los 121,5 kilómetros (Km 8,5).
El Camino baja de Fontearcuda hasta la carretera y ésta se cruza (atentos a la señalización porque hay que buscar el mojón) para tomar un camino que evita el largo rodeo de la carretera que pasa por Zoo. Salvamos un arroyo y avanzamos por la senda que sale de nuevo a la carretera. Por asfalto llegamos finalmente a Furela. Las tupidas manchas de robles y castaños dan paso a los prados (Km 10,4). En Furela podemos recuperar fuerzas en el bar situado al pie de la carretera.
Atravesamos por medio de la población y cruzamos la carretera junto al cartel que anuncia la entrada al Concello de Sarria (Km 10,7). Un kilómetro resta para llegar a Pintín (Km 11,7), que también ofrece bar y restaurante. El Camino sigue arrimado a la carretera LU-5602 y un kilómetro más adelante la cruza para internarse fugazmente por un tramo boscoso que ataja una curva prolongada. Bajamos de nuevo a la carretera y pasamos en breve junto al albergue público de Calvor (Km 13,1). La parroquia del mismo nombre queda por detrás del albergue, a mano izquierda. Quinientos metros después nos desligamos brevemente de la LU-5602 para entrar en Aguiada (Km 13,6). Tras la población regresamos a los brazos de la carretera por una senda paralela. El Camino deja a mano derecha un albergue privado rodeado por un jardín (Km 14,3) y continúa por el andadero dejando a un lado el cruce a Airexe. A la izquierda de la carretera queda la parroquia de San Mamede do Camiño. (14,9). Con vistas de Sarria, el andadero de tierra sigue progresando al pie de la LU-5602 por pequeños toboganes. Pasamos el mojón 114 km de Carballal y el cruce a Ferreiros, que se deja a mano derecha. De inmediato llegamos junto al camping Vila de Sarria y dejamos Mendros a la derecha. Entramos así en Sarria topándonos con el primer albergue. No en vano esta capital de Concello ostenta el mayor número de albergues del Camino Francés y es el lugar escogido por muchos caminantes para iniciar la peregrinación, ya que se encuentra en la distancia ideal para conseguir la Compostela. La rúa José Sánchez nos deja al pie de la rúa Calvo Sotelo, que cruzamos para continuar de frente por la rúa do Peregrino. Salvamos por un puente el río Sarria y cruzamos en Benigno Quiroga para girar junto a la Peregrinoteca. Una escalinata sube hasta la entrada de la rúa Mayor, que debería cambiar su nombre por el de la "rúa de los Albergues", ya que se contabilizan más de 5, incluido el público (Km 18,3).

Por Samos:
Por este itinerario la distancia recorrida es de 24,7 kilómetros. Los mojones jacobeos que marcan la distancia de medio en medio kilómetro no los veremos en este itinerario, poblado sin embargo por las características flechas amarillas. La ruta acompaña el discurrir del río Sarria, también conocido por el nombre de río Oribio, ya que se forma en las laderas de este monte en el Concello de Triacastela. Hay que tomar la bifurcación de la izquierda. Se sale de Triacastela para desembocar finalmente en la carretera LU-633. Ésta, por terreno favorable llega hasta San Cristovo do Real (Km 3,8), parroquia del Concello de Samos ya documentada en el año 1175. En esta parroquia se encuentra el pazo de Lusío del año 1551. Desde San Cristovo, un camino que acompaña al río por la derecha progresa hasta Renche, otra parroquia de Samos también documentada en 1175. (Km5,5). Al otro lado de la LU-633 queda Vigo. Desde Renche, de nuevo por hermosos paisajes junto a la vega del Sarria u Oribio, se progresa hasta la inmediata Lastres, una aldea de Reche, y se llega hasta Freituxe (Km 7,3). Después subimos y bajamos hata la parroquia de San Martiño do Realcon iglesia de estilo románico rural (Km 8,4). A la salida de esta población regresamos a la LU-633 y la cruzamos para dirigirnos hasta Samos, capital del Concello donde se encuentra el célebre monasterio benedictino y que cuenta con todos los servicios salvo tienda y taller para bicicletas (Km 9,8). Tras Samos se regresa a la compañía de la carretera hasta Teiguín (Km 11,7), aldea de la parroquia de Santa Baia de Pascais, a la que subimos posteriormente (Km 12,8). En Teiguín ya hemos dicho adiós a la compañía de la carretera y desde la parroquia de Pascais volvemos al cercano rumor del río para, primero por caminos y más adelante por pistas y tramos asfaltados, alcanzar las minúsculas aldeas de Gorolfe, Reiriz y Sivil, lugar perteneciente a la parroquia de Santiago de Extrasiz y última entidad del Concello de Samos. Accedemos al Concello de Sarria por la aldea de Perros, perteneciente a la parroquia de Calvor y que muestra un pazo con torre vinculado a las familias Monseiro, González, Losada y Sarmiento. Desde aquí salvamos la LU-5602 para llegar finalmente a Aguiada, población donde enlazamos con el itinerario proveniente de San Xil (Km 20). Desde aquí a la rúa Mayor de Sarria restan 4,7 kilómetros.

Etapa 25: O Cebreiro - Triacastela

La dura jornada vivida ayer necesita de un recorrido corto pero activo para renovar fuerzas antes de los sinuosos trazados futuros. El Camino alcanza su máxima cota gallega en las laderas del monte Area y aún despliega latigazos en el repecho del alto do Poio. En O Biduedo, el Concello de Pedrafita do Cebreiro pasa el testigo al de Triacastela, cuyo núcleo principal descansa en el fondo del valle bajo la sombra del monte Oribio.




Si la niebla no lo impide ocultando el valle, ver amanecer desde O Cebreiro, junto al templo de Santa María la Real, es un privilegio que nos brinda el Camino y que no se puede rechazar. Hoy, por fin, nos sumergimos en la tierra de Santiago, la de la niebla y el orbillo; la de los castros celtas y de las minas ansiadas por los romanos; de infinidad de lomas, fragas de robles y soutos de castaños. La señalización oficial marca 151 kilómetros hasta Santiago, la nuestra 154,7. Iniciamos la vigésimo quinta etapa por encima del albergue de peregrinos. Abrigados por la vegetación de la montaña, ascendemos desde los 1296 metros hasta los 1370 (el punto más elevado del Camino Francés en Galicia) en las inmediaciones del Teso da Cruz y el monte Area. Desde ese punto bajamos al encuentro de una amplia pista forestal (Km 1,5) que conduce a la primera parroquia del día. En Galicia los municipios se denominan Concellos, a los cuales pertenecen distintas parroquias que engloban a su vez a distintas aldeas. Hacia el sur, a mano izquierda de la pista forestal, la vista se recrea en un sinfín de lomas tupidas de helechos, robles, castaños y pastizales que forman, entre otras, la sierra de O Courel. La pista forestal desemboca al pie de la LU-633, donde se encuentra la parroquia de Santo Estevo de Liñares, con iglesia prerrománica de una sola nave (Km 3,2).

Tras el templo cruzamos la LU-633, fiel acompañante durante la etapa de hoy, y tomamos una senda muy cercana a la carretera que nos arropa con sus hayas, acebos y demás catálogo de especies atlánticas. El primer alto, el de San Roque, no tarda en llegar. Al otro lado de la LU-633, a 1270 metros y ante una amplia panorámica, se alza la plástica escultura de un peregrino medieval que avanza contra el viento. Fue inmortalizado en bronce por el artista José María Acuña (Km 4,1). La senda sigue el itinerario de la LU-633 y desciende ligeramente hasta los 1.205 metros. Posteriormente, un falso llano nos aproxima hasta Hospital el segundo núcleo habitado de la jornada que lleva por sobrenombre "de la Condesa". El mojón jacobeo marca los 145,5). En este pueblo tendremos, probablemente, uno de los primeros contactos con las "rubias gallegas", las vacas de color canela apreciadas por su carne (Km 5,7).

Abandonamos este pueblo de vaqueros y continuamos por un surco arrimado al guardarrail de la LU-633. Más adelante cogemos el desvío a Sabugos y Temple pero despedimos de inmediato el tramo asfaltado por un camino que nos acerca a Padornelo (Km 8,1). Es el reino de la piedra y las losas de pizarra. A la salida de esta pequeña parroquia afrontamos una durísima aunque breve cuesta por la que alcanzamos el alto do Poio (Km 8,5). Un bar - albergue y un mesón reciben estratégicamente a los caminantes, ansiosos por estabilizar su ritmo cardiaco tras semejante acelerón. Más de tres kilómetros de senda pegada a la LU-633 nos separan de la siguiente población. En todo este tramo prácticamente llaneamos porque tan sólo descendemos 45 metros de altitud. Así llegamos a Fonfría, núcleo también de Pedrafita do Cebreiro, con bares y albergue. Si pasamos relativamente temprano y aún no han abierto los bares, es probable que alguna lugareña nos reciba con una suculenta torre de tortas de leche frita (Km 11,9).

Atravesamos Fonfría y de nuevo, junto a la inseparable LU-633, regresamos a la senda que nos lleva por idéntico paisaje hasta O Biduedo, a 2,4 kilómetros de distancia. En todo este tramo descendemos exactamente cien metros (Km 14,3). Tras O Biduedo, ya del Concello de Triacastela, el descenso comienza a hacerse patente. Nos separan tan sólo 6,8 kilómetros del final de etapa y aún debemos bajar unos 530 metros de altitud.

En la bajada, el camino procura desprenderse de la LU-633 y atajar las vueltas y revueltas de la carretera. Una curva pronunciada nos permite ver de frente el monte Oribio, de 1443 metros de altitud. A la derecha, en el fondo del valle, se encuentra Triacastela. La aldea posterior a O Biduedo es Filloval (Km 17,3). Tras ella cruzamos la carretera y seguimos descendiendo entre arbolado para volverla a cruzar un kilómetro más adelante, junto a un pequeño merendero. Así entramos en Pasantes (Km 18,8), estirada aldea con capilla que atravesamos bajo el reclamo de la venta particular de frambuesas. La jornada continúa hasta la aldea de Ramil (Km 20,1), con castaño centenario al borde del camino, y casi pegada a Triacastela. El albergue público se encuentra en la misma entrada, en un descampado a mano izquierda y el resto, un gran surtido de albergues privados, en el centro de la población (Km 21,1).

Etapa 24: Villafranca del Bierzo - O Cebreiro

La montaña llega al Camino de Santiago. Hoy es el día de la etapa reina, seguramente la más recordada a la vuelta de la peregrinación. En ella se abandona León y Castilla para entrar en Galicia, en concreto por la parroquia de O Cebreiro: antigua aldea de pallozas hoy restaurada en aras del turismo. El guía hacia la cima es el valle del encajonado río Valcarce, partido por la N-VI y la A-6 y bien poblado. El ascenso se hace esperar y no es patente hasta el kilómetro 21 de la etapa, sobrepasado el barrio de Hospital.



Tras atravesar la calle del Agua - Ribadeo de Villafranca del Bierzo, giramos noventa grados a la izquierda por la cuesta de Zamora (al llegar a la calle Santa Catalina), pasamos junto al monumento al peregrino, cruzamos el río Burbia y continuamos por las calles de la Concepción y Espíritu Santo. Por esta última abandonamos Villafranca y seguimos durante un kilómetro por el arcén de la carretera, que acompaña el curso del río Valcarce (a nuestra izquierda). De esta manera llegamos a un carril peatonal, algo parecido a una pista de bobsleigh y protegido por un muro que no llega al metro de altura (Km 1,8), que avanza encajonado entre la autovía A-6 y la N-VI.

Por este de redil de peregrinos pasamos bajo varios viaductos de la A-6 (Km 4,1) antes de tomar el desvío a Pereje, a la altura del p.k 410 de la N-VI. Cruzamos con precaución la nacional y por la carretera de acceso, escoltados por los chopos de la ribera del Valcarce y por castaños de gran porte, llegamos a la primera localidad del día: Pereje (Km 5,2). Atravesamos la localidad - a la salida a mano izquierda se encuentra el albergue - para retomar el carril peatonal. Un kilómetro y seiscientos metros más adelante se encuentra el área de descanso de Trabadelo (Km 6,9) y un kilómetro más arriba cruzamos de nuevo la N-VI para tomar el desvío a esta población. Flanqueados de nuevo por el bosque de ribera del Valcarce, con soberbios castaños, avanzamos hasta Trabadelo, que tiene la infraestructura necesaria para hacer un alto en el Camino (Km 9,7).

Dejamos la población, dejando a la derecha el desvío a Pradela y Sotelo, y esta vez no retornamos inmediatamente a nuestra pista de bobsleigh, sino que caminamos cerca de kilómetro y medio por una pista asfaltada, por encima de la nacional. Superado un arroyo que alimenta al río Valcarce (Km 10,5) volvemos al reencuentro del carril peatonal, al borde de la N-VI. Un kilómetro y setecientos metros más de tedioso carril nos sitúan en La Portela de Valcarce, donde también podemos tomar algo (Km 13,7).

Tras La Portela, apenas transitados 300 metros en compañía de la N-VI, tomamos el desvío hacia Ambasmestas y Vega de Valcarce. Primero llegamos a Ambasmestas (Km 14,9), confluencia de los ríos Balboa y Valcarce, y posteriormente a Vega de Valcarce, población de servicios (bares, cajeros, tiendas y panaderías) con su iglesia de la Magdalena (Km 16,5). Por la carretera antigua que traemos, paralela a la N-VI, nos dirigimos ahora hasta Ruitelán (Km 18,6). A estas alturas de etapa tan sólo hemos ganado 171 metros de altitud. La base del puerto está cerca. A la salida de Ruitelán la pendiente se recrudece un poco, tan sólo un pequeño aperitivo de lo que vendrá después. Algo más arriba, a la izquierda, tomamos el desvío que baja hasta Las Herrerías. Antes de llegar a este pequeño núcleo cruzamos el río Valcarce por un puente de piedra. Cruzamos Las Herrerías (Km 20,1), con albergue y varios bares, hasta el barrio de Hospital (Km 20,8), una continuación del núcleo anterior que toma su nombre del antiguo hospital para peregrinos ingleses. Al abandonar este conjunto de casas comienza la verdadera ascensión a O Cebreiro.

Un duro repecho por asfalto, como salido de la nada, de casi un kilómetro nos invita a plantear la estrategia, que consistirá en bajar el ritmo, acortar los pasos y acompasar la respiración. En estas circunstancias es donde el peso de la mochila juega un papel determinante. En plena subida, los caminantes deberán tomar la senda que nace a la izquierda de la pista asfaltada (Km 22); los ciclistas deben continuar de frente por asfalto. Ya en la senda, la pendiente nos da un breve respiro hasta cruzar el arroyo de Refoxo y nos atiza de nuevo por una calzada sombría que asciende duramente bajo el dosel de las hojas caducas de castaños y robles. Este escenario nos acerca hasta La Faba -a la entrada existe un desvío hacia el albergue- (Km 23,5). Después de La Faba abandonamos progresivamente la umbría para salir a un terreno abierto de pastizales con vistas a los bosques atlánticos. Las amplias panorámicas influyen en la percepción de la pendiente, que se torna ligeramente más suave hasta alcanzar el último pueblo de León en el Camino de Santiago Francés: Laguna de Castilla, dotado de bar y albergue adjunto (25,9).

Unos 700 metros más arriba de Laguna de Castilla aparece el primer mojón jacobeo con señalización de distancias. Es el 152,5 y lleva la inscripción Os Santos (del Teso dos Santos). Cuatrocientos metros después el Camino se despide de León, la provincia con más kilómetros de recorrido del Camino Francés: nada menos que 214,4. Por fin pisamos Galicia y, en concreto, Lugo. La etapa reina está a punto de concluir (Km 27). Fatigados, solventamos el último kilómetro hasta la iglesia prerrománica de Santa María la Real, que da la bienvenida a O Cebreiro. El albergue de peregrinos, el primero de la Xunta de Galicia, se encuentra al otro extremo de esta parroquia lucense (Km 28,4).